Un soldado mata y una parte del Estado se rompe. Algo que no debería ocurrir de repente sucede. Camuflados como policías, los militares mexicanos patrullan al borde del precipicio. Entrenados para la guerra, la batalla contra los enemigos plantea una ecuación irresoluble. En poco más de una década, el ombudsman mexicano ha recibido más de 11 000 quejas por presuntas violaciones a derechos humanos cometidas por militares. Denuncias por asesinato, tortura, desaparición forzada. ¿Por qué mata un soldado? ¿Por qué alguien que jura proteger a las personas usa la fuerza del Estado para atacarlas?. Obra ganadora del Premio Javier Valdez.