Una familia chilena en tres generaciones, tres diferentes rupturas, tres etapas de la vida. Cada uno de los once capítulos de este libro opera como un cuento que muestra cómo en sus insistencias, silencios y fallos, sin quererlo, se construye y se vacía una red familiar. Kintsugi hace referencia a la técnica japonesa de reparar cerámicas mostrando la historia de las rupturas. Nombrar el proceso de construcción a partir de lo roto es otro de los aciertos de la segunda novela de María José Navia, una de las figuras más prometedoras de la literatura latinoamericana contemporánea.