Desde tres ángulos distintos –tres “testimonios”–, un igual número de obsesivos personajes trata de recuperar, en un intento por descargar sus conciencias, el recuerdo de Mariana, quien ha desaparecido de sus vidas sumergiéndose y evadiéndose, alternativamente, en y de conflictos existenciales y eróticos, agobiada por las persecuciones y los acosos de que la hacen víctima su esposo Augusto y el séquito de aduladores que lo rodean. Esta novela de tintes autobiográficos, que Elena Garro confirmó solo a medias, convencida de que la ficción es siempre alimentada por la vida, arroja muchas luces sobre la identidad de su autora en relación con la época convulsa en la que se desenvolvió.