La tentación del poder dictatorial reside en el espíritu de todo gobernante. El esplendor del Imperio romano, la deificación de los faraones egipcios o la mágica elocuencia que convirtió a Mussolini en “Il Duce”, amado, temido, obedecido e imitado por tantos, son temas de sueños y pensamientos de los gobernantes de todo tiempo y lugar. En esta novela coinciden, mediante la magia de la literatura, la historia de Cleopatra y sus dos amantes romanos, la de Mussolini y Clara Petacci y la de un político latinoamericano de este tiempo (todo lector le pondrá nombre y cara, pues puede ser cualquiera) y una ambiciosa joven italiana encumbrada y luego perseguida por ese hombre.