“Para mí, la literatura siempre ha sido un espacio para dar cuenta del amor: del amor por mi familia, del amor por mi compañera, del amor por mis amigos, por los animales y, en última instancia, el amor por el mundo”, dice María Auxiliadora Balladares, acerca de su poemario.
La libertad formal que Balladares asume se encuentra a tono con su tema. En este poemario busca explorar la dimensión cotidiana del amor, que no solamente está compuesta por los momentos de felicidad y goce, sino también por las emociones oscuras ligadas a él. Y lo hace a través de poemas muy distintos entre sí en lo que respecta a su forma. Hay de todo: listas de partes del cuerpo, repasos prosaicos de los miembros de una familia y los poemas más cercanos a una definición tradicional. Un conjunto de lenguaje sencillo, con alusiones culturales muy bien disimuladas y atravesado por el erotismo y la ternura al mismo tiempo.