Estas son las memorias que escribió Ilse, mi madre adoptiva. Las redactó en alemán y yo hice la traducción al español. Traté de mantener su palabra simple, de mujer niña e inocente, a la que solo le permitieron recibir cuatro años de educación básica en las décadas que vivió prisionera de la secta. Ilse luchó hasta los últimos meses de su vida para que se hiciera justicia. Para que algún día se cerraran los portones de Colonia Dignidad. El macabro lugar donde niños, mujeres y hombres, alemanes, chilenos y de muchas otras nacionalidades fueron martirizados por Schäfer y los jerarcas de la secta.
Así comienza esta novela fruto de una rigurosa investigación sobre una vida y su dramático entorno. Transcurre en la Colonia Dignidad, un asentamiento de colonos alemanes fundado en Chile en los años 60 por Paul Schäfer, exmiembro de las juventudes hitlerianas. Como líder de la Colonia, Schäfer ejecutó prácticas nazis a las que le dio un carácter religioso. En sus largos años acumuló gran poder y dinero y fue estrecho colaborador de Pinochet, poniendo la Colonia al servicio del dictador, con la complicidad del gobierno alemán. De ese lugar lograron escapar contadas personas que denunciaron las atrocidades, como la protagonista de este relato que atrapa incesante en la reconstrucción de esa atmósfera tiránica. Con singular maestría la autora nos instala en ese micromundo siniestro y en el cuerpo ultrajado que se dignifica en su rebeldía. Basada en hechos reales, su narración conmueve e interpela en su alegoría de la libertad individual y el estigma de los atributos de género.