El encuentro con el hechicero fue decisivo: Melisenda recibió de él un libro y un don, dos regalos maravillosos pero que escondían demasiado poder. Cuando ella empezó a usarlos, comenzaron los rumores. ¿Era la joven una sabia o una bruja? Su familia también quería encasillarla: ¿debía seguir su vocación de curar o buscar la tranquilidad del matrimonio? Ella tendría que labrar su camino.