Cuando Lucía me pidió que leyera su poemario, acepté gustosa, sin saber que me encontraría con una sorprendente invitación a una fiesta en la que todos tenemos espacio, pero que quizás no es de nadie, una fiesta de burbujas y pequeños incendios provocados por dedos tiernos e inconsecuentes, por voces desprendidas de los cuerpos. Es una poesía que caza palabras que se entrecruzan insinuando encuentros y desencuentros en un permanente cuestionamiento. La fiesta equivocada es audaz, actual como la misma poeta, donde las palabras se reinventan como una trampa a la razón (tengo tus palabras hirviendo en una olla - cuando exploten me las comeré). Lucía no se inspira en otros poetas, sino que bebe de todas las fuentes emitiendo una voz propia fresca e irreverente, de niña-mujer que tiene y sostitne la palabra, una voz poética inteligente y actual, que ya gana un merecido espacio. Gigia Talarico