¿Hasta qué grado la angustia te puede orillar a cometer un delito? ¿Exactamente cuánto es el peso que una mujer puede cargar para cumplir su papel de madre y, también, cubrir el papel de un padre, antes de quebrarse por completo? Benita Salvador busca las respuestas a estas interrogantes y, desesperada, acepta ingresar a la delincuencia organizada, un “trabajo” en apariencia fácil y bien pagado pero que, según transcurren los días, le descubre que la vida puede convertirse en un verdadero infierno y tarde se da cuenta de que más que ganar, se juega todo en su afán por conseguir que sus hijos no padezcan hambre. La historia de Benita se entrelaza con la historia de otras mujeres que, encerradas con ella en una celda del Santa Martha Acatitla, cumplen sentencia y, añorando esa libertad perdida, recuerdan los momentos de impotencia, desesperanza y desamor que las llevaron a prisión.