"Allá" era un departamento estrecho, el calor de los ventanales y una luz como de enfermos que tenía la ciudad que jamás vimos, porque estábamos con mamá encerrados y cuando llegaba del trabajo y nos acariciabas la cabeza al pasar hacia la sala para cambiarnos el televisor y ver las noticias, mamá cerraba los ojos y decía, mascando cada palabra:"Antes de tocarlos, deberías lavarte las manos".