Los cuentos de Ana Clavel hablan del escritor al margen de cualquier calificativo genérico con que pudiera connotarse al sustantivo. Ana Clavel avanza en el desarrollo de sus anécdotas sin imprimirles a éstas, de manera preconcebida, un enfoque o matiz femenino, lo cual desde ahí hace ya singulares a sus relatos: ella como escritora, se mueve lo mismo utilizando la óptica del hombre, que la de la mujer. Pero eso, que en el caso de Clavel de ninguna manera es lo más importante, ayuda a destacar los valores indudables que se encuentran en este primer libro de la escritora: cuentos en donde lo que más destaca es la capacidad para asimilar y describir los ambientes turbios, confusos, caóticos, de una ciudad poblada siempre por personajes para los cuales la vida es cotidianamente una dura experiencia. —Sergio González Montero, supl. Sábado de Unomásuno