En el libro Bücher. Alles, was man lesen muss (Eichborn, 2002) traducido como Libros. Todo lo que hay que leer (Taurus, 2002) la crítica alemana Christiane Zschirnt hace un recorrido por cientos de libros que deben ser parte de nuestra lista de lecturas. Empieza con la Biblia y por supuesto incluye a la Odisea, Madame Bovary, los ensayos de Montaigne y Alicia en el país de las maravillas. En sus recomendaciones de 90 nombres de autores y a lo largo de sus casi 350 páginas, hay solamente 7 escritoras: Jean-Austen, catalogada en la sección "Amor", J. K. Rowling en la sección "Niños", y Mary Wollstonecraft, Virigina Woolf, Simone de Beauvoir, Germanine Breer, Alice Schwarzer en "Mujeres", sección que aparece junto con otras con títulos como: "Clásicos triviales", Libros de culto", "Utopía: Cibermundo" y "Clásicos escolares".
Este favorito entre los lectores y con varias reediciones y traduciones, se suma a muchos más que tengo en mi biblioteca y que, en una especie de obsesión, recorro contando nombres de escritoras y viendo cómo son catalogadas. Ya saben, cosas que tiene una cuando dedica la vida a este oficio.
Sé bien que libros como este guían e informan la práctica y tendencia lectora de muchos. Son estos libros referencias para la lectura, los que también nos animan a insistir en que se dé un justo lugar a las escritoras del mundo, como lo que escribí en mi reciente colaboración en Literal Magazine y lo que he dicho tantas veces a lo largo de los 5 años de existencia de Hablemos, escritoras, un proyecto del que hemos aprendido muchísimo.
Y haciendo radiografías y recorridos encuentro ahora que nuestra tienda en línea de libros para los Estados Unidos, Shop Escritoras, se ha convertido en un pequeño laboratorio para entender algo sobre lectores y los canales de promoción y distribución. Hoy que estamos en cierres de año, me parece importante compartirles algunas cosas interesantes que hemos aprendido de ella, en este tiempo de ser novatos vendedores de libros.
Abrimos la tienda en junio de 2021 como un proyecto adicional a una non-profit, Hablemos escritoras. Inc, con un catálogo con 30 editoriales de: México, Chile, España y los Estados Unidos, entre otros. Para diciembre del 2022 estamos cerrando con más de 100 sellos y trayendo libros de países como El Salvador, Colombia, Argentina, Boliva, Canadá, y más. Nuestro presupuesto para hacer visible los libros de la tienda se aplica a social media —de forma gratuita y pagada—; patrocinios y presencia en ferias de libros; la compra de listas de direcciones de dos de las más grandes instituciones de estudios LASA y MLA a donde se enviaron por correo físico más de 5000 tarjetas a sus investigadores; también lo fue el envío de más de 100 catálogos impresos a bibliotecas y tiendas de libros en distintos estados de los Estados Unidos; presentaciones en línea; y por lo menos una decena de entrevistas, un viaje por el país, y muchas acciones más.
El resultado de estos esfuerzos es que al cierre de hoy, de nuestro inventario con más de 600 títulos —de los cuales más del 60% no se pueden conseguir en Amazon o en algún otro lugar en el mercado americano—, se han vendido libros principalmente a clientes en forma directa, algunos de ellos recurrentes. Hay una mezcla de libros que se venden que vienen de escritoras y editoriales que se publican fuera y dentro de los Estados Unidos y van de diversos géneros literarios como ficción, poesía y ensayo crítico, con la excepción del libro Dining with the dead. A day of the dead cookbook (Rio Nuevo) de Mariana Muñoz que es de cocina y es un hit en nuestra tienda. Solamente hemos logrado que un libro llegue a un Club de lectura, Sabrina y Corina (Editorial minúscula) de Kali Fajardo, cuya traducción importamos desde España para una biblioteca de la frontera sur.
En cuestión de ventas de un solo libro en volumen para un grupo de estudiantes en una universidad, fue el que pidió el profesor Francisco Tijerina en Washington University in St. Louis a quien le trajimos desde México varios ejemplares de Una ballena es un país (Almadía) de Isabel Zapata. Nuestro agradecimiento para él. Qué gusto que estudiantes lean a esta gran escritora mexicana en el aula. Nos alegra lo que sucede con la revista Feminismos de la Universidad Autónoma de México, que ha sido la que más se ha vendido en el género. La bellísima revista Artes de México literalmente voló en la Texas Book Festival, lo cual nos dice que de la vista nace el amor.
Hablando de bibliotecarios, pocos nos han contactado, y los que lo han hecho vienen de la zona de Nueva York y algunas de la frontera sur, para hacer convenios, una curaduría de libros y comprarlos. En agradecimiento a ellos y para ampliar este esfuerzo pronto Hablemos, escritoras hará su primer donativo de libros a la Library de New York University / NYU Libraries, gracias a la gestión de Anabel Gutiérrez. En cuestión de escritoras, editores y otros que forman parte de nuestro catálogo y que están en los Estados Unidos, solamente el 5% han comprado libros en la tienda. Los animamos a todos a ver nuestro catálogo que es verdaderamente único. Otro dato interesante, en cuestión de demographics es que, de nuestros compradores solamente el 30% son hombres.
Las maravillosas ferias de libros, FIL NYC y Texas Book Festival, así como el gran apoyo de Seattle Escribe, hicieron una diferencia y nos ayudaron a hacer llegar cientos de libros a los lectores, pero además aprendimos ahí mucho sobre los gustos del público. Un porcentaje alto de compradores, por ejemplo, busca libros de historia, libros para jóvenes, más narrativa y menos poesía. Hispanos de segunda y tercera generación les encantan los libros bilingües y el público en general compra libros de nombres que les suenan familiares, pero si se les cuenta de manera personal más sobre otras autoras, sí están dispuestos a leerlas.
En lo que se refiere a nuestras visitas a distintas librerías en varios estados del país y tras haberles ofrecido servicios de curaduría en inglés para ayudar a sus compradores de libros, no tuvimos mucho éxito. Esto nos preocupa y sorprende, pero nos motiva a buscar otras manera de llega a ellos.
Fascinante el crecimiento geográfico que empezó de las costas hacia el centro, junto con los 4 estados de la frontera sur, California, Arizona, Nuevo México y Texas y la región de Nueva York. Esto nos parece natural, debido a la gran población hispano-hablante que tienen estos estados y a la presencia de universidades con programas de literatura en español. En un segundo momento de crecimiento se integraron estados como Washington State, Ohio, Virigina, North Carolinia y Nebraska. Los estados en donde vendemos más libros son en este orden: California, Texas, New York, Florida, y Carolina del norte. Hoy, al cierre del 2022 tenemos un mapa casi pintando de rojo en donde hemos mandado libros a 35 estados, pero aún nos faltan 15 por conquistar: Alaska, Hawai, Montana, Wyoming, Dakota del norte, Dakota del sur, Iowa, Wisconsin, Arkansas, Misisipi, Virginia occidental, Delaware, Vermont, Nuevo Hampshire, Maine. Vean el precioso reel que hizo Brenda para nuestras redes para darse una idea de este crecimiento.
Estos datos que hoy abiertamente —como dice Jeanette L. Clariond, de editorial Vaso Roto que es mi estilo de trabajo— comparto con ustedes, tienen el objetivo de hace una radiografía de lo que hemos visto desde nuestro nuevo papel como facilitadores y canal de distribución de libros. Es información, como tantas veces lo hemos hablado Pedro Medina de Suburbano y yo, para entender el mercado. Para nosotros, esto es una muestra que no todo es dinero en estos esfuerzos, porque el capital invertido en estos primero 18 meses ha sido importante, sino que se trata de un trabajo conjunto, del apoyo de los lectores, de los difusores, los escritores y sus editoriales.
Se trata de que los profesores en universidades, community colleges, y escuelas aprovechen sus clases y temarios para incluir en ellos libros de escritoras e inviten a sus alumnos a leerlos o usen sus fondos para comprarlos y que ellos puedan leerlos en sus clases. ¿Se imaginan por ejemplo una clase de poesía con poetas como Malva Flores, Maria Negroni, Pura López-Colomé, Susana Chavez, Clara Janéz, o con la antologia que hizo Claudia Kerik, entre otras? ¿O qué tal una cátedra sobre microficción y cuento con Ana María Shua, Clara Obligado, Patricia Esteves, Cecilia Eudave, Amparo Dávila o Sylvia Aguilar Z? ¿O una de horror y lo obscuro con Mariana Enriquez, María Fernanda Ampuero, Ariana Harwicz, Mónica Ojeda, Magela Baudoin, o Giovanna Rivero, entre otras? ¿Tal vez una clase sobre novela y ensayo históricos con Irene Vallejo, Bertha Balestra, Rosa Beltrán y Carmen Boullosa? ¿O sobre textos monumentales como la escritura de Tedi López Mills, Sara Uribe, Margo Glantz, Cristina Rivera Garza, o Alicia Kozameh?
Se trata de que los estudiantes graduados recomienden a sus profesores y casas de estudio que se compren más autoras para las bibliotecas, ir a la de nuestra universidad o de nuestra ciudad y que veamos en su catálogo el déficit que tienen en títulos de escritoras, como hace poco encontramos una en donde —comparando con nuestro catálogo de la tienda— tenía y tiene por lo menos un déficit de 200 nombres de escritoras que son fundamentales en el mundo de la literatura. Y sabemos bien que las bibliotecas no tiene recursos ilimitados, pero sí es posible poco a poco hacer crecer su colección de escritoras, como muchas ya lo han hecho gracias a sus bibliotecarios, como en el caso de NYC Library. De las bibliotecas depende que los estudiantes y profesores, en el caso de las universitarias, y lectores, en las públicas, tengan acceso a los libros. De la manera cómo se actualicen sus catálogos, sus mecanismos de búsqueda, y la forma cómo anuncian sus nuevos títulos, éstas pueden ayudar mucho a sus profesores en la enseñanza y a los lectores en general. De esto ya he hablado en otro momento en este año en mi colaboración en "Escritoras que no existen: Repensando la función del archivo frente a la producción literaria contemporánea".
Lo mismo sucede con las librerías, las bookstores, en donde podemos ir a preguntar por los libros, los nombres de las autoras y sus editoriales y con ello invitarlos a comprarlos, hablarles de esfuerzos como el nuestro y los de otros. Creemos que las escritoras y escritores, sus editores e investigadores deberían ser promotores naturales y clientes asiduos de proyectos como el nuestro, pues en la diversidad de títulos que tenemos podemos ayudarlos en su curiosidad, interés, gusto por la lectura y para actualizarse en las nuevas tendencias, para que lean y apoyen a sus compañeras de oficio, así como para regresar a títulos de antes que han sido poco publicados. Sabemos que Amazon es una opción, nosotros y otro proyectos como el nuestro también lo somos.
Como el único proyecto en su género en los Estados Unidos, nuestro trabajo es para apoyar a las editoriales indie e independientes, a difundir el trabajo y las obras de las escritoras, para darles un justo reconocimiento, para que —si tienen el talento— sean más publicadas, ganen más premios, sean traducidas. Queremos ayudar a traer verdaderas joyas de libros desde los lugares más remotos del mundo a los Estados Unidos pues, como una vez me preguntó Juan Casamayor, de editorial Páginas de espuma, "¿Cómo llegar a ese país al otro lado del océano?" y lo estamos haciendo con la ayuda de grandes aliados como los editores que tenemos en el catálogo, y distribuidores como Panoplia y grandes grupos editoriales como Penguin Random House Estados Unidos. Queremos ayudar en la traducción de libros al inglés como en nuestra alianza con Literal y Katakana, para ampliar aún más el universo lleno de voces de escritoras. Colaborar con Clubes de lectura con recomendaciones de libros y envíos gratuitos.
Y si quieren que les diga cuál es mi deseo de 2023, es que nos sigan en las redes, que muchos se suscriban a nuestra página y Newsletter, que compartan, pasen la voz, se emocionen con las posibilidades que estos libros venidos de tantos lugares nos dan, que consulten nuestro bellísimo catálogo y que, en la medida de sus posibilidades, nos escogan a nosotros y a otras alternativas independientes como la nuestra.
Y como le digo a las escritoras que entrevisto "gracias por su generosidad" porque "la generosidad es la mejor de las fuerzas"
¡Felices fiestas!