Hablemos, escritoras. Switch to our version in English

Elvira Espejo Ayca.

Episodio 559 Acercándonos a escritoras Reconociendo a políticas

10/07/2024 · Adriana Pacheco

Nuestros ancestros sabían muy cómo equilibrarlo todo"

Adriana Pacheco: La riqueza cultural que tiene un país como Bolivia es inacabable. Este viaje en donde Hablemos, escritoras tuvo la oportunidad de asomarse un poco a este país visitando la ciudad de La Paz, fue verdaderamente un parteaguas en la manera en la que vemos y trabajaremos para difundir la literatura de ese gran país. Estamos en deuda enormemente con Mónica Velázquez con todo lo que hizo para recibirnos y sobre todo, abrimos las puertas a grandes escritoras. En un lugar muy especial está Elvira Espejo, que ha sido además una de las grandes precursoras para preservar el idioma, las costumbres, las tradiciones, el arte y la cultura de las comunidades aymara, quechua y bolivianas. Hoy tenemos el gusto de presentarles una conversación que tuvimos con ella en el recinto de este increíble Museo Nacional de Etnografía y Folclore en La Paz, que ella misma dirige. Caminar antes de esa conversación por esos pasillos en donde se muestra la riqueza cultural de siglos de estas grandes poblaciones y el legado tan grande que han dejado a la cultura universal ha sido verdaderamente emocionante y emotivo. Podrán oír que mi conversación con ella, la voz se me corta en distintos momentos, porque fue realmente un gran honor escuchar a una gran luchadora que tuvo que salir adelante desde ella misma, tener que viajar de donde había nacido para llegar a la gran ciudad, pero nunca separándose de su pueblo y de su gente, sino al contrario, reforzando cada vez más ese vínculo, haciendo visible al mundo su gran tradición y su gran historia. Elvira Espejo nació en ayllu Qaqachaka, provincia Avaroa, Oruro, Bolivia, en 1981. Es artista plástica tejedora, narradora de la tradición oral de su lugar de origen. Además, le gusta cantar. Estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes y ha tenido distintas exposiciones en todo el mundo. En 2020 fue honrada con la condecoración oficial de la República Federal de Alemania, la Medalla Goethe, por su ardua e incansable labor cultural. Es inacabable lo que ha hecho durante su vida y su trayectoria. Así que los invitamos a que nos acompañen hoy y conozcan a Elvira Espejo Ayca. Bienvenidos, yo soy Adriana Pacheco.

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APR: Después de 2 semanas viajando por Sudamérica a 3 países entrañables y maravillosos, tenemos un último y más maravilloso regalo para cerrar este recorrido tan emocionante, tan interesante y tan emotivo. Y bueno, ese regalo no habíamos imaginado que iba a ser conocer a Elvira Espejo. Muchísimas gracias, Elvira, por recibirnos. Hoy estamos en este Museo tan maravilloso, tan bello, con una curaduría que estoy verdaderamente conmovida. Gracias Elvira, por estar con nosotros en Hablemos escritoras. Pues qué país, qué país más emocionante, más interesante, qué historia, qué paisaje, la comida, los vestuarios, la gente ha sido de verdad una revaluación. Es mi primera vez en Bolivia y también de mi hija que me acompaña en este viaje, así que se imaginara cómo estamos tan contentas. Quisiera empezar esta conversación leyendo algo que acabo de ver en este museo tan hermoso que les recomiendo muchísimo si vienen a La Paz. En alguna de las descripciones dice una pregunta que me deja verdaderamente impresionada:

“¿No es acaso una necesidad imperiosa de la sociedad boliviana entender, participar y promover esas expresiones culturales que nos permiten reír, llorar y ser parte de una de las pertenencias colectivas que rompe las fisuras nocivas de las diferencias y las intolerancias que muchas veces nos dividen y nos incomunican?

¿Qué es para para Elvira Espejo haber hecho la curaduría de un museo así y reunir a tanta gente.  Estaba lleno ahorita de estudiantes en todas las salas. ¿Qué es para usted hacer esto tan grande y tan maravilloso?

Elvira Espejo: Bueno, no sé, no tengo muchas respuestas porque, ustedes deben saber, yo vengo de una comunidad indígena y soy hablante de las lenguas originarias de aymare quechua y como vengo de la comunidad, pues, en la Comunidad nunca tuve la oportunidad de conocer un museo. Hemos sido privados del museo. Pero el extractivismo de nuestros bienes culturales vinieron a estos repositorios y los repositorios internacionales. Y es algo curioso, porque administran además una clase social alta especializados con licenciaturas y con doctorados después de extraernos los bienes culturales de la Comunidad. Creo que eso ha sido una gran pregunta. Fue muy complejo cuando vine al centro urbano por tema de Educación. Y siempre fuimos rechazados, negados. Y creo que ha sido muy lindo cuando llego al Museo Nacional de Etnografía justamente a hacer esta autorreflexión, a hacer ese trabajo de cómo se puede abrir y cómo se puede repensar desde el día que ingresó. Pues sí hay este cambio de paradigma muy profundo, porque los museos se dedican un poco a hacer el acuñamiento de estos términos lingüísticos del griego y latín. Y como viene del griego y latín, están acuñados fuertemente, en este caso en el anglosajón europeo, concentrado y, por supuesto, los intelectuales de Norteamérica y  Latinoamérica, pues repiten las citas bibliográficas y no hay mucho cambio, y como yo vengo de una comunidad indígena. Los bienes culturales se han desarrollado en las comunidades indígenas tienen su propia lengua, tienen su propia epistemología y filosofía, tienen su propia ciencia y tecnología al desarrollar un bien cultural. Entonces sí generó un cambio de todo este contenido. No creo que es muy interesante porque replantea acercarnos hacia lo que es real, más bien esa descripción de la belleza superficial, y eso me alegra mucho porque por ejemplo, en 2022 hicimos un trabajo sobre la crianza mutua de la alimentación. Usted lo conoce muy bien este término, que es muy dominante, “la domesticación”. El hombre doméstica, un término muy machista, egocéntrico y nosotros cuando hablamos de la lengua, en este caso aymara, o quechua, o guaraní; aymara está en el altiplano, quechua está en los valles y guaraní en tierras bajas. Los 3 grupos indígenas coincidieron que nadie es superior a nada, todo es equilibrado, por esa razón se la llama “crianza mutua”. Y la crianza mutua son justamente este respeto de cuidado máximos y ya sea a los animales, a las plantas, al agua, al aire, a la tierra, al espacio y a tu entorno. Y eso me llama mucho la atención que no es este sistema vertical de la formación. El doctorado, el licenciado no resuelve nada. Creo que nuestros ancestros sabían muy bien que había equilibrar con el medio ambiente. Estoy muy contenta haciendo todo esto. Y como la UNESCO dice “el Derecho lingüístico”, pues me agarró de este derecho lingüístico también por los derechos epistemológicos y filosóficos que la acompaña. Eso es el trabajo.

APR: Claro, felicidades, la museografía es espectacular. La mirada está centrada en lo que debe de ser, que son los procesos. Por ejemplo en el salón de los textiles, de dónde viene desde el origen y además esta mezcla de todas las regiones bien marcadas en el mapa. Y obviamente esta historia cultural, esta historia social, más que nada está este uso social del textil, en donde se inserta en la vida. La sala de plumas es una cosa que yo nunca había visto antes y yo siendo mexicana, pues me conmueve muchísimo. Ver esa preservación, pues algo que era tan preciado para estas culturas que después, como como bien dice, vienen a ser arrasadas, por este colonialismo tan brutal y tan fuerte. El paso, me imagino que también de entrar en un museo, así pues es importante, porque debe tener una filosofía para educar a la gente. ¿Cómo funciona el Museo en la Comunidad?

EE: Para que vengan de los colegios, aprendan los profesores se apoyen en esto, que es, pues verlo de primera mano. El primer paso fue esto, un cambio de paradigma que se ha planteado desde la praxis, porque viene de las comunidades indígenas. Yo trabajaba, para que conozcas un poco, yo trabaja con las organizaciones de la praxis que producen, que hacen. Comunidades así de producción en diferentes rubros como textil, cerámicas, cestería, madera, comida. Entonces eso me ha ayudado a tener una apertura del país de mi territorio como la conozco, porque es grande y es muy distinto. Por ejemplo, de tierras altas que lo de los valles o tierras bajas; en tierras bajas, por ejemplo, se trabaja mucho la fibra de algodón o fibra vegetal, mientras que en el altiplano es fibra animal de camello. Entonces esa cosa es bastante interesante y  gracias a ese cambio, como ya lo he comentado, como vengo de una comunidad indígena y no tenemos derecho a ver el museo porque el legado siempre está en los centros urbanos, también los museos. Lo que se plantea es catalogación. La primera sala de textil que visitaste, por ejemplo, tiene 500 páginas, la de vestimenta que visitaste tiene 500 páginas. Cada sala tiene un catálogo de 500 páginas que hace ese despliegue de la cadena operatoria que es el tema de la transformación de la materia prima, cómo se hace la crianza, cómo se obtiene, cómo se hace la elaboración y cuál es la vida social. Y ahí puedes ver los estilos de vestir en en diferentes territorios, de diferentes periodos, también como lo arqueológico, lo histórico y lo etnográfico. Una vez teniendo esta sistematización, se planteó que el Museo debe salir de un lugar de confort, de este centro urbano. Hice un programa que se llama “Museo más cerca de ti”, es un museo museo Portátil que viaja a las comunidades.

APR: Oh, qué belleza.

EE: Y esto tiene un camión y tiene las exposiciones. Tiene la impresión en 3D de sus bienes culturales que la gente puede tocar y eso va directamente a las comunidades y de esa manera esto se ha triplicado en la visita, como usted lo ha visto hoy día el museo.

APR: Entonces ¿eso fue su forma de expandir de una manera muy distinta, porque salió de un lugar de confort, a los espacios que no tenían acceso? La visión sincretista también se ve en cómo se está recuperando y reconociendo esta historia; en dónde después insertaron las culturas de los pueblos originarios, a la cultura española y hay algunas máscaras, por ejemplo, en el salón de máscaras, es muy interesante. ¿El edificio es un edificio colonial, verdad?

EE: La primera parte es un colonial, pero esta ya es una infraestructura nueva.

APR: Claro, porque es completamente insuficiente. Pues eso de verdad es increíble. Y bueno, pues hubo también una decisión grande cuando era niña que fue salir de su comunidad y estudiar. Venir a estudiar a la ciudad y después salir a estudiar a la Academia Nacional de Bellas Artes. ¿Qué fuerte en ese momento, pensar en las tradiciones que tiene una comunidad, las expectativas que tiene una familia, las tradiciones milenarias, que se esperan de nosotras, las mujeres, en ciertos roles que tenemos que cubrir? ¿Cómo fue ese momento, esa decisión, ese gusto, esa pasión casi delirante de decir yo quiero hacer otras cosas? Y aunque respeto mi cultura y la Tierra y todo, pero quisiera yo hacer otras cosas y después haré una experiencia de despliegar a la Academia Nacional de Bellas Artes.

EE: Sí, es muy complicado. No hablo mucho de eso porque trae muchos dolores. Entonces prefiero no hablarlo. Primero te niegan y te rechazan porque en aquellos tiempos cuando no era el Estado Plurinacional de Bolivia, la constitución política del Estado recién nace el 2009, entonces, imagínate, es en plena República, que es muy difícil, porque todos estos espacios eran de clase alta y clase media. Entonces te negaban todo, nosotros fuimos siempre ninguneados, como dirían entonces. Es muy complicado, muy difícil para esa situación. Pero si tú ves siempre esa visión de que era necesario conocer la diversidad de los mundos, no tanto lo rural, lo urbano, lo periurbano, lo local, lo regional, lo nacional y lo internacional. Entonces creo que eso me ha ayudado a abrir otros campos y no quedarme en los dolores de la vida, digamos, sino más bien proyectar y poder ayudar a la sociedad y abrir un panorama más grande, digamos no.

APR: Estudiando sobre su trayectoria y todas las cosas que ha hecho, que es increíble y es fascinante, me encontré una plática que tuvo con Rita Segato, muy interesante. Y me gustó mucho la manera en la que habló de esta cuestión del objeto textil, desde la producción mínima, la del principio de cultivar el producto, la materia con la que se va a hacer, después cómo se trata y después cómo llega al producto final. Y hablando de eso, pues está este colectivo maravilloso de “900 tejedoras” y nos podría platicar sobre este proyecto tan grande.

EE: Sí, es es muy grande. Está en diferentes territorios, no es tan solo en un territorio. Comenzó en el altiplano, en el sur, en la nación Qhara Qhara, en Qaraqara-Charka. De ahí se expandió a Libichuco, se expandió aquí a la región lacustre de la Isla del Sol, Isla de la Luna y finalmente por Cuzco, por Perú, por por toda esa región y luego también tierras bajas, por ejemplo, por Posa verde. La idea fue justamente para poder revalorizar nuestra propia voz, porque usted conoce muy bien el extractivismo de los bienes culturales que fueron llevados de estos territorios a museos internacionales o locales, como aquí también pasó con el tema del pensamiento: hay una depredación del pensamiento. Nos mandaron a antropólogos, arqueólogos, sociólogos de otros países y sacaron toda la información y la mayor parte de las publicaciones están en inglés, están en francés, están en alemán, ni siquiera está en castellano. La Comunidad ni sabe qué tiene. Entonces yo tuve la oportunidad de estar en la biblioteca del ILCNA, que es el Instituto de Lengua de Cultura Aymara, donde tuve la oportunidad de atender la biblioteca de Lucy Bricks, que es una norteamericana que donó la biblioteca para que sea abierta a la sociedad. En ese momento no había mucha gente, pero yo me dediqué a leer un poco los libros porque me gustaba mucho mirar un poco de todo, la antropología, la arqueología, la sociología, medicina lingüística, arquitectura, arte y me he dado cuenta que había cosas que eran muy buenos, pero también había cosas que realmente no. Y ya me daba cuenta que había problemas cuando regresé a la comunidad después de haber terminado la carrera. Pues uno de los cuestionamientos fueron de las tejedoras: ¿qué es estudiar? ¿Y qué es lo que realmente valida ese título? ¿Si ellos comen mejor, viven mejor por el título, poniéndosé a trabajar la Tierra?  Y me daba cuenta porque yo regresaba con las manos vacías. En ese momento no tenía absolutamente nada porque para venir de tan lejos —estamos hablando por lo menos 16 horas de aquí a a la región de donde vengo— venir aquí y no tener la familia, hospedaje, tener todos los comodidades y hacer el doble esfuerzo de educación, porque nosotros hablamos en la lengua, pero tener ese fluidez del español es muy difícil. Entonces, cuando regresé, pues regresé en ese sentido de manos vacías. Y en la Comunidad normalmente no se llega a la casa con manos vacías, siempre se llega con algo de regalo o algo para compartir. Y era muy complejo. Y estas preguntas me conmovieron, porque que me preguntaban ¿para qué sirve el título? y no tuve respuestas en ese momento. Fue muy compleja, pero lo que tenía en mi mente eran los textos que se había leído de esa región, de algunos autores que no eran tampoco de la región, eran extranjeros. Entonces comencé a traducir en su lengua y le dije a la gente de la comunida “Tal persona, en tal año llegó a este territorio y dice esto y esto·. Y bueno, y me dijo muy enojado “¿Eso es la forma como nos ven? ¿Hemos sido su objeto de estudio? ¿Así es como nos ven? pero en realidad no se dice así y no es así” Yo sí me di cuenta que había un error muy grande porque claro, el académico no hablaba la lengua originaria, no conocía la estructura y realmente me di cuenta que nos obligaron a sistematizar la voz de la comunidad. Y por esa razón, el contenido del textil es tan distinto porque va hacia la terminología lingüística en términos estructurales, no en la traducción al español y al inglés. Entonces creo que ha sido uno de los mejores logros porque es la incidencia de todas las voces de las más de 900, más de 1000 personas.  Y así se trabajó en en diferentes regiones, se visitó norte de Argentina, Norte de Chile, Bolivia, Perú, en la sierra del Ecuador, Colombia, para poder conectar. Porque hablamos las mismas lenguas aymara y quechua, fluye todo. Entonces ha sido muy interesante.

APR: ¿Y cómo es la respuesta de las tejedoras de las mujeres que de alguna manera, pues se sienten orgullosas de ese trabajo y de esa tradición y de compartir lo que aprendieron de sus abuelas y tatarabuelas?

EE: Que justamente esta tarea ahora lo estoy reforzando, estoy dando un diplomado en la UNAM justamente para artesorar y revalorizar, porque por años han sido negados, y por años hemos sido ninguneados y negados y tratados como simples artesanos, cuando son grandes maestras y maestros que recibieron esta educación familiar comunitaria, que pasó de una generación a otra generación. Y no existe ni estas especialidades en las universidades y es en las universidades donde la gente tampoco lo conoce bien. Entonces, ahora con esta preparación doy cuenta y voz ya a una latinoamericana, que ya no es una voz sino de la Comunidad, de la región. Es la voz latinoamericana que concuerdo con Argentina, concuerdo con Chile, con Perú, con México. Entonces eso me ayuda harto para poder replantear y poder forzar esta voz que sea reconocida por las universidades, porque siempre nos han tratado mal, a los a los maestros, a las maestras que tejemos, o también igual a los esteros; hay varias especialidades. Y a veces, por ejemplo, nos invita a una universidad y no pagan los honorarios y no está bien, porque cargamos la enseñanza, igual que el académico, pero el académico tiene sus títulos y a él sí le pagan. Espero que esto en el futuro pueda cambiar y pueda ser equitativo.

APR: Yo recuerdo cuando estuve en Guatemala que compré una blusa, un huipil antiguo que se estaba deshaciendo prácticamente. Lo compré a una mujer que estaba vendiendo, una artesana, pero era antiguos. Y lo arreglé y se lavó y se arregló. Y es una pieza bellísima, bellísima. Y nunca tomé una foto de las condiciones en las que estaba pero me dio muchísimo gusto, porque además ella estaba contenta de que alguien le estaba comprando. Pues para mí es entrañable esa pieza. Ha hablado mucho y lo ha mencionado de varias maneras ir a otro mundo, a este mundo en donde nos leen y nos interpretan. Y usted estuvo en el British Museum haciendo también curaduría y sobre todo ordenación.

EE: No, yo estaba en área de investigación.

APR: Y esta investigación ¿cómo fue ese tiempo y qué logros obtuvo de ese tiempo?

EE: Bueno, tiene sus positivos y negativos. Como siempre, el problema mayor siempre es el tema administrativo. No tenemos derecho porque a pesar de que sean de nuestros ancestros, de nuestros abuelos, no tenemos derecho a verlos. Entonces tenemos que hacer un trámite administrativo que es muy complicado. No voy a entrar en lo detalles porque esos son procedimientos del Estado, entonces ellos cumplen la obligación. Por otro lado, es el extractivismo del conocimiento ese es también otro tema que es muy complicado. Y bueno, por otro lado es darte cuenta de los errores. Entonces sí, mi pasatiempo fue, por ejemplo, poder ver todas las colecciones como son por contenidos, el tema de conservación, preservación y los errores que tienen. Y creo que eso ha ayudado para que pueda mejorar en Bolivia. Estoy muy feliz de eso porque, por un lado, construir, digamos espacios vacíos, porque como se ha depredado todo. La sociedad solo conoce la actualidad y no conoce su pasado. Entonces cuando empezamos a mirar los textiles arqueológicos y se han hecho algunas réplicas, trabajar con la Comunidad, volver a trabajar con la Comunidad ha sido traer la memoria viva. Entonces se complementan de varias maneras, tomó mucho tiempo, tomó por lo menos como unos 6 años y ha sido muy lindo. Y por esa razón también, yo creo que el peso ahorita del Museo, con la producción y con todo lo que se hace justamente en autocrítica.Eso es lo que sucedió.

APR: Ya lo creo, y bueno, pues hablando de todo este trabajo, también quisiera mencionar para aquellos que nos están escuchando, estamos hablando desde el Museo Nacional, Museo Nacional Etnográfico y folclore, etnografía y folclore con Elvira Espejo, que es su directora. Ha participado en varios colaborativos y me gustaría leer algunos de ellos: Hilos sueltos los Andes desde el textil, me parece muy bonito ese título, Ciencia de las mujeres: Experiencias en la cadena textil desde los ayllus de Challapata. ¿Qué son los ayllus de Challapata?

EE: Es una territorio, es un región que contiene varias regiones. Antes se lo llamaba así, ahora ya son como municipios, departamentos, pero los ayllus eran territorios así, regiones grandes.

APR: Después está Ciencia de tejer en los Andes: Estructuras y técnicas de faz de urdimbre. Me encanta la palabra urdimbre. El textil tridimensional: El tejido como objeto y como sujeto, la colección textil del del Museo Nacional de Etnografía y folclore, precisamente donde estamos ahorita. Entonces empieza también a escribir, quiere a través de la obra escrita, que tiene cuatro, cuatro libros hasta ahora o tiene muchos más?

EE: No son muchos más. Esto está desactualizada, la última que sacamos desde el año pasado y presentamos este año que es sobre wacas y fajas protectoras y formadoras de la vida, que es un catálogo de 400 páginas que es muy bonita. En todos estos contenidos es generar la voz de las propias comunidades, desde las terminologías. Y hay un cambio muy fuerte. Hay un cambio bastante fuerte. Sí, entonces es súper interesante porque me doy cuenta cuando conversamos con las comunidades, comenzamos a entender estas filosofías epistemológicas que conecta con la estructura ontológica de la raíz de la lengua. Entonces cambia bastante. No se habla mucho de esta belleza superficial. Se habla más, por ejemplo, de técnicas y estructuras. Porque gracias a la matemática sale estas figuras, si no, no hay la composición. Entonces el lenguaje es completamente distinto. Y por esa razón hemos hemos profundizado y creo que eso también ya está afectando a algunas personas, a todos, porque hay una resistencia, también porque se sabe que, por ejemplo, todos estos escritores de los años 1700 ya no van a tener el mismo peso. No tenemos este problema o los que siguen la línea también. A veces hay mucha confusión, pero también lo lindo es que todos estos textos usan usados ya directamente de los productores. Eso me gusta también bastante, que antes era como prohibido el libro. Digamos porque no tenían el acceso, pero ahora con este acceso abre a nuevos campos. Usted puede visitar la tienda del Museo, y ver que son los propios productos que viene de las comunidades y ellos mismos y nosotros se lo vendemos. Y entonces es un aporte económico directo a la Comunidad. Sí, siempre hay esa duda, verdad, de si les llega realmente a los productores.

APR: Algo importante también es como hablante de las lenguas aymara y quechua, ese bilingüismo. He estado entrevistando a otras escritoras que también están promoviendo muchísimo. Estuvimos en Perú también y acá están promoviendo que se que se preserven las lenguas. ¿Qué opinas sobre sobre lo que se está haciendo? ¿Lo que se podría hacer? Tenemos una investigadora en México que está trabajando mucho también en esta cuestión de la de la preservación de las lenguas, se llama Yásnaya Aguilar. ¿Qué es lo que piensa usted que puede pasar o se podría hacer para esa preservación? Además, obviamente, de enseñarlas en las escuelas.

EE: Bueno, creo que Yásnaya Aguilar como que proyecta muy bien lo de la depredación. Pero a pesar de eso, yo creo que tampoco se le está dando profundidad y eso me he dado cuenta en este clase de los diplomados. Como que a ratos hay mucha pérdida. Hay mucha pérdida por el tema, por el sistema educativo que por muchos años no ha tomado en cuenta esto. Y es apenas de último tiempo, no sé, unos 10 años. Quizás entonces poder pensar que las lenguas se rehabiliten se generen. ¿Creo que va a tomar su tiempo. ¿Y además, desde dónde se enseña? Hemos tenido una experiencia muy fregada con el tema de la estructura de la escritura, que es muy complicada, no? Entonces lo único que puedo decir es que los medios visuales pueden resolverla. Sí, porque ya no depende de un especialista, no depende de un licenciado, no depende de un doctorado, de un estudiante, de un titulado entre comillas, que yo sea el mejor. Sino más bien es como que la Comunidad puede tomar un celular y pueda grabar y pueda mostrar en su propio lenguaje. Y eso sí tiene un vuelo distinto. Entonces yo creo que hay que pensar más bien en cómo fortalecer, por ejemplo, a estas comunidades en ese lineamiento. Y hay un problema muy grande, porque siempre los fondos están dirigidos a los especialistas, los fondos siempre están bajo esas lógicas estructurales de la Academia vertical, entonces mucho no se va a resolver. Podemos ser muy buenos críticos. Podemos ser muy buenos de que si la Comunidad hay que recuperarla hay que ayudarla, pero no ayudan al 100% no. Entonces algo bien interesante que sucede en Bolivia, hay un movimiento de jóvenes que lo están trabajando, por ejemplo, con la tecnología como por ejemplo Elias Sáhanta. Él graba la enseñanza de la lengua aymara directamente como TikTok, puede mostrar por muchas temáticas y las variaciones en el país que existe, entonces eso le ayuda mucho a a los jóvenes y la sociedad. Creo que tiene un montón de sectores y eso es otra forma de hacer una educación directa, incidir directamente a la sociedad. Por otro lado está Rubén y lari, ese también. Él trabaja, por ejemplo, con la tecnología. Ha creado, por ejemplo, Google traductor en aymara y también la pronunciación. ¿Entonces esas cosas son bien interesantes porque va a la par de la tecnología. Con el guaraní se ha visto también de la misma manera. Ha estado mucho Elías coure, y él está dedicando mucho en la producción literaria de la poesía en guaraní y su traducción. Y está trabajando mucho en los vídeos documentales de la región del Chaco, o de la Amazonía. Entonces estos lenguajes, por ejemplo, no tienen muchos apoyos, no son más producción local de la comunidad o de la región, pero sí tiene una incidencia bastante interesante.

 APR: Claro, por eso fue que hicimos el podcast, para que la voz se atraviese ahora a todos los países, todas las fronteras, pero es directamente las voces de ustedes. Yo vengo de la Universidad de Texas en Austin, en donde tenemos la Benson library Biblioteca Benson, en donde está el archivo más grande del mundo, en grabaciones de lenguas indígenas, de todo de varios puntos de del mundo. Es un acervo que valoramos muchísimo porque como bien dice, no hay nada, como también la voz viva en ese momento. Pues, ha sido un verdadero honor. Yo sé que tiene una agenda apretada. Ya vinieron a decirle que se tiene que ir a un almuerzo y obviamente bueno, para mí es un privilegio que este tour se cierre con su voz y vamos a hacer un espacio muy especial a todo lo que están haciendo. Queremos incrementar en todo nuestro proyecto la voz de los pueblos originarios, pero de todas las pequeñas y grandes iniciativas, porque el caso es hablar con la gente directamente. Ha sido un verdadero honor, muchísimas gracias.

EE: Una voz en un formato más libre, y ahora están entrando mucho con los municipios y comunidades, yo creo que aquí a unos 5 años habrá una lógica muy distinto. Ojalá que por las lenguas originarias pueda pesar más. Eso podría ser interesante. Porque a pesar de haber tenido los programas educativos en en el Estado, en en la estructura educativa, podría ser una alternativa, digamos no. Ojalá que esta alternativa pueda mejorar, digamos, y ayudar a la sociedad. Felicidades. Bonita tarea, tan ardua, con una trayectoria tan brillante, tan sufrida pero tan comprometida. Muchas felicidades.

APR: Gracias. Nos inspira.

EE: Gracias por la visita.

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APR: Totalmente invaluable esta conversación con Elvira Espejo. Muchísimas gracias a ella, muchísimas gracias a Mónica Velásquez y muchas gracias a todos los que hacen posible. Es un gusto enorme poder viajar a todos estos rincones y podemos encontrar con grandes mujeres, escritoras, activistas pensadoras artistas como Elvira Espejo. Yo soy Adriana Pacheco y una vez más los invitó a que nos sigan en las redes, se suscriban a nuestro Newsletter y se suscriban también a nuestra página web. No dejen de escuchar nuestros podcasts en cualquier lugar que estén y consultar nuestra enciclopedia, que poco a poco se convierte en la más grande del mundo, haciendo visible nombres y obras de escritoras, críticas, traductoras, pintoras, culturales. Va un abrazo grande para todos ustedes que nos apoyan desde esta soleada y calurosa ciudad de Austin, Texas. Hasta la próxima.