En este episodio reseñamos el libro per/so/na (2019) de la escritora mexicana Yolanda Segura (Querétaro, 1989), editado por Almadía y la Universidad Autónoma de Aguascalientes. El libro es una exploración poética del significado del vocablo “persona” que se nutre de múltiples recursos poéticos, referencias y discursos con la intención de desnaturalizarlo y abrir la pregunta por la persona a miradas colectivas, inestables y dialógicas. La reseña fue realizada por Giulianna Zambrano M., profesora-investigadora de Literatura y Derechos Humanos en la Universidad San Francisco de Quito, Ecuador. Pueden conocer más sobre Yolanda Segura y su obra aquí. Disponible en los Estados Unidos en Shop Escritoras.
La reseña es a cargo de Giulianna Zambrano, PhD. (Quito, 1984) profesora-investigadora de la Universidad San Francisco de Quito, Ecuador, colaboradora de Hablemos Escritoras Podcast.
“A fuerza de ser repetida una mentira puede convertirse en verdad,”enuncia la voz poética de per/so/na (2019) antes de abrir una repetición de la escritura de aquella palabra múltiples veces y de manera cada vez menos difusa. El libro, editado por Almadía y la Universidad Autónoma de Aguascalientes, es una exploración poética que busca desnaturalizar un concepto, convocar diversas discusiones y lecturas alrededor del mismo (en la teoría política, social, jurídica y económica, la literatura, las noticias, la lingüística, el psicoanálisis) hasta volverlo un concepto descentrado, incompleto e inestable.
Yolanda Segura, nacida en Querétaro en 1989, es autora de los libros: Todo lo que vive es una zona de pasaje (Frac de Medusas, 2016), O reguero de hormigas (FETA, 2016), Estancias que por ahora tienen luz y se abren hacia el paisaje (Conarte, 2019). Además, ha sido galardonada con el Premio Nacional de Poesía Carmen Alardín (2018) y el Premio Nacional de Poesía Francisco Cervantes (2017). En per/so/na, su más reciente publicación, nos ofrece un entramado de fragmentos inconclusos, disparadores a otras voces convocadas al texto, preguntas, referencias y recursos poéticos que hacen del un libro proceso inacabado en lugar de ofrecerlo como un texto cerrado y conclusivo. Para explorar el significado de la “persona” son necesarias múltiples intervenciones, sobre todo en el sentido y sobre la espacialidad y la corporalidad misma de la escritura, aun si cada vez el centro se sigue revelando escurridizo. Como sugiere la voz poética:
“una persona conoce los límites de su mundo
porque son los límites de su lenguaje
todas las definiciones de persona son provisorias
*sin embargo, desde 1948, esta categoría
se emplea en todos los discursos de los
derechos humanos: el derecho
se centra en la persona, pero
la persona no es el centro de ninguna cosa”
Así, Segura juega con los límites de ese mundo, el mundo de la persona, rastrea sus huellas en la poesía, en la novela, en la historia, en las presencias más leves de la persona en la memoria, los discursos, los mapas y los cuerpos. Se pregunta insistentemente, ¿qué es una persona? Autores y autoras, como Clarice Lispector, Adrienne Rich, Roberto Esposito, Michel Foucault, Nona Fernández, Gilles Deleuze, Jean Luc Nancy, acompañan a Segura en esta exploración, a la vez que se despersonalizan y se reescriben, se contraponen, se completan, aunque nunca lo suficiente, dejando espacio a la fisura que habilita la posibilidad de otra lectura sobre lo que damos por sentado. El libro se vuelve un ejercicio de, como sugiere la voz poética:“Buscar lo que tenemos de personas en el centro y ver /si afuera queda algo.”
Este gesto recuerda el discurso de Frederick Douglass en Rochester, Nueva York, el 4 de julio de 1852, ahora conocido como“El significado del 4 de julio para el Negro”, en el que Douglass interpelaba a su audiencia a reconocer que, si bien en la constitución estadounidense se declaraba evidente que“todos los hombres fueron creados iguales”y se les garantizaban derechos inalienables como la libertad y la búsqueda de la felicidad, la existencia de la esclavitud en este territorio probaba la falsedad de aquel humanismo que se pretendía construir como base de la moral nacional. ¿Quiénes eran esos hombres? ¿Qué quería decir hombre? Douglass no se reconocía en el nosotros de aquella constitución, ni en el conjunto de todos esos hombres, para él el 4 de julio no era más que una burla y una traición a los supuestos ideales de libertad fundacionales.
En el mundo contemporáneo las personas están en el centro de los discursos de los derechos y, por eso, plantea Segura, es necesario mirar que es lo que todavía sigue siendo excluido. En el libro la exploración poética de la persona se extiende a formas de existencia no humanas. ¿Es la persona algo que podemos extender a los animales o a las plantas? Segura recurre una vez más a referencias exteriores al poema e inserta en la búsqueda la historia de Sandra, una orangutana que generó jurisprudencia a nivel mundial al ser considerada una persona no humana y garantizada el recurso de habeas corpus en Argentina. Sandra, la orangutana, reconocida frente al derecho como persona, es opuesta inmediatamente a la negación de la persona por los discursos deshumanizantes de la violencia, nos dice el poema:
“también se llamaba Sandra ese sujeto femenino
de diecinueve años que fue descuartizado por
un hombre que había ido a las olimpiadas de
matemáticas y que tenía la intención de estudiar un
posgrado en el extranjero. Esta Sandra vivía al fondo
de un callejón empedrado y con baches, en una zona
de riesgo: en Ixtapaluca, estado de México.”
¿Pueden los lugares garantizar a la persona?
El libro de la escritora mexicana no busca responder con o encontrar a la persona definitiva, al contrario, habita las contradicciones, vacíos y paradojas de la persona, la despoja de varias abstracciones. Quizás una muestra de aquello sea esta pregunta de la voz poética: “¿Es una persona esto que se deshoja?”. El texto deshoja a la persona para regresarle también sus dimensiones más materiales y sensibles: cuerpo, tiempo, sentidos, vida.
Giulianna Zambrano, PhD. (Quito, 1984) es profesora-investigadora de la Universidad San Francisco de Quito, Ecuador. Tiene un Ph.D. en Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Texas en Austin. Su trabajo aborda las prácticas de liberación, resistencia, memoria y justicia en escrituras y poéticas en contextos de violencia, catástrofes y represión. También, investiga las conexiones entre derecho y literatura, especialmente en torno a la migración y el derecho a narrar.