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Insólitas - Ana Casas. Reinventando los cuentos de hadas: Caperucita feroz.

Episodio 569 Insólitas

11/07/2024 · Teresa López-Pellisa

Las reescrituras feministas de los cuentos de hadas proponen representaciones de género subversivas"

TLP: Bienvenidos, bienvenidas, bienvenides a la sección Insólitas del podcast Hablemos escritoras, donde exploramos las mentes creativas de mujeres que han desafiado los límites de la realidad con su imaginación. Desde relatos fantásticos hasta mundos distópicos, nos adentramos en el universo literario de autoras que han transformado lo imposible en historias fascinantes. Preparaos para descubrir voces que a través de lo extraño y lo extraordinario han dejado una huella imborrable en la literatura. Os habla Teresa López-Pellisa y soy la persona que os acompañará durante este viaje hacia lo insólito. “Mañana al amanecer me liberaré. Armada hasta los dientes, me ocultaré en algún lugar del callejón que da hacia la puerta trasera de tu empresa. Por radio, Blancanieves dará orden de ataque. Bella Durmiente ya estará en la azotea del edificio del frente, con la mira apuntando al lugar donde en unos minutos estará tu cabeza recostada en el sillón de tu oficina. Eres un animal de costumbres. A la misma hora de siempre dejarás el auto a dos cuadras. Lobo Feroz entrando en la casita de la abuela será mi señal cuando te vea atravesar el callejón, abrir la puertecita donde ingresarás junto con Popeye y Olivia, tus nefastos asesores. Mañana se acaba este cuento maléfico y yo, tu caperucita, cambiaré la historia. Ha llegado la hora del lobo. El próximo será el príncipe.” Lo que acaban de escuchar es el micro relato Caperucita Reloaded, de Kathy Serrano, una escritora venezolana radicada en Perú. Una versión del cuento tradicional de Caperucita Roja sobre el que sabe mucho nuestra invitada de hoy. Tenemos la suerte de contar en este podcast con una invitada muy especial, la académica Ana Casas, experta en literatura fantástica y estudios de género cuya investigación se centra en las escrituras feministas de los cuentos de hadas. Ana ha dedicado gran parte de su trabajo a analizar cómo las escritoras contemporáneas, tanto de España como de Latinoamérica, han reinterpretado los relatos tradicionales y, en especial, se ha centrado en el cuento de Caperucita Roja desde una perspectiva feminista, para ver cómo estas narraciones han desafiado los roles de género impuestos, brindando de este modo nuevas miradas críticas a través de sus personajes y narrativas. Ana Casas ha publicado una gran cantidad de libros, entre los que me interesa destacar la autoficción Reflexiones Teóricas, ya que es una de las mayores especialistas sobre autoficción en el ámbito hispánico, con otras obras que también podemos citar en relación a esta temática, como El Yo Fabulado, Nuevas aproximaciones críticas a la autoficción y El Autora Escena, Intermedialidad y Autoficción. En relación a sus trabajos sobre lo fantástico, tan solo voy a mencionar su participación en la historia de lo fantástico en la cultura española contemporánea y sus labores como editora y prologuista de las antologías Las mil caras del monstruo y Zona de penumbra, antología de cuentos fantásticos del modernismo y el fin de siglo. Pueden consultar los detalles sobre su investigación y sus publicaciones en la web Hablemos, escritoras.

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TLP: Bienvenida, Ana, y muchas gracias por acompañarnos hoy. 

AC: Gracias, Teresa, por la invitación. 

TLP: En el episodio de hoy vamos a explorar con Ana Casas cómo estas versiones modernas de los cuentos de hadas subvierten los valores tradicionales y cómo las autoras utilizan la literatura para cuestionar y desmantelar las estructuras patriarcales. Vamos a desmontar los cuentos de hadas, por lo que estoy segura de que esta conversación nos abrirá una puerta fascinante hacia la intersección entre literatura, género y la resignificación de los cuentos de hadas. Pero vamos a empezar por el principio. ¿A qué género pertenecen los cuentos de hadas?  Quiero, Ana, que nos empieces comentando un poco cuáles serían las características de este género que se ha venido a denominar literatura de lo maravilloso.

AC: Pues efectivamente, Teresa, como bien dices, los cuentos de hadas pertenecen al género o a la modalidad de lo maravilloso, que es una variante de las literaturas de lo insólito o de lo no mimético, es decir, las literaturas no realistas. En lo maravilloso, el mundo representado es un mundo completamente distinto al nuestro, donde todo, absolutamente todo, es posible y donde nada escandaliza ni a los personajes ni al narrador ni, por lo tanto, a los lectores o a los receptores. Por eso, habitualmente, los cuentos de hadas, que se inscriben en la órbita de lo maravilloso, empiezan diciendo «Érase una vez, hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano».

TLP: «Érase una vez». ¡Qué gran frase! Que nos remiten a ese imaginario infantil donde, como dices, todo es posible y existe la magia. Bueno, ¿qué te llevó a ti a investigar lo que se ha denominado como reescrituras feministas de los cuentos de hadas? 

AC: Pues yo he llegado a las reescrituras feministas de los cuentos de hadas, en primer lugar, porque llevo un tiempo dedicándome a la investigación en torno a lo fantástico y, con el tiempo, cada vez más he ido incorporando la perspectiva de género a mis investigaciones. De ahí que haya constatado la presencia cada vez más intensa de las reescrituras de los cuentos de hadas y su reelaboración desde parámetros –supongo que luego hablaremos de ello– insólitos, antirrealistas, fantásticos… 

TLP: Pues, a ver, ya que te has puesto a trabajar con todo este corpus de los cuentos de hadas, ¿cómo crees que estos relatos, que están tan arraigados en nuestra tradición, que forman parte de nuestro folclore, cómo tú has ido viendo que reflejan las normas de género y los valores patriarcales de su tiempo? 

AC: Bueno, los cuentos de hadas están llenos de elementos universales. De hecho, han sido estudiados muchas veces desde el psicoanálisis, precisamente por eso, porque la mayor parte de ellos nos hablan del acceso a la experiencia y también ahondan en determinados aspectos psicoanalíticos, como decía, a partir de la presencia de elementos y que nadie se escandalice alusivos a lo oral, lo anal, lo genital… Y pongo de ejemplo la voracidad, por ejemplo, en Hansel y Gretel, que todo el mundo podrá reconocer. Pero, además, los cuentos de hadas incorporan elementos, vamos a llamarlos, contextuales. ¿Qué quiero decir con eso? Pues que esta gran variedad de versiones y de reescrituras lo que demuestran es cómo los cuentos de hadas se adaptan a cada momento histórico y cómo relaboran los valores también de cada época. Pongo de ejemplo uno de mis relatos favoritos, que es Caperucita Roja. Caperucita Roja se basa en un cuento que ha sido transmitido oralmente, llamado por los folcloristas el cuento de la abuela, donde la niña, al final, después de la famosa escena del striptease y de la cama con el lobo, al final logra zafarse del lobo. En cambio, cuando llega la versión escrita de Perrault y el cuento adopta una dimensión muchísimo más patriarcal, es cuando se introduce la idea del castigo. El lobo devora, finalmente, a Caperucita porque ésta, ingenuamente, se ha dejado seducir. Fíjate que aquí Perrault lo que hace es advertir a las chicas de los peligros de la promiscuidad sexual, algo que no estaba presente en las versiones tradicionales de este cuento.

TLP: Madre mía, ¿no? Esa Caperucita que representa a todas esas niñas que alcanzan la pubertad cuando tienen la menstruación y de ahí que esa Caperucita, esa Caperuza Roja que les regalan, pues venga a simbolizar ese momento de fertilidad y del paso a ser una mujer. En relación a todo esto y todos estos valores morales y estas moralejas que, de algún modo, venían a educar a las niñas, ¿en qué momento y por qué crees que empiezan a surgir versiones feministas de estos relatos? 

AC: Bueno, seguramente estas versiones van de la mano del auge y del desarrollo del feminismo en el ámbito hispánico, que es el que conozco un poco mejor. Las versiones de los cuentos de hadas, las versiones feministas de los cuentos de hadas, pues son casi todas del siglo XX. Las chilenas Teresa Wilms Montt, por ejemplo, Gabriela Mistral, tienen textos que reescriben distintos cuentos de hadas, pero sobre todo es en la segunda parte del siglo XX cuando vemos proliferar este tipo de versiones. Y voy a citar algunos nombres que son muy importantes y que seguramente serán del conocimiento de tus oyentes. Las escritoras argentinas Marcela Solá, María Shua, Luisa Valenzuela… Más cerca ya de nuestro tiempo, la chilena Lina Meruane, la guatemalteca Aida Toledo, las mexicanas Becky Rubinstein y Cristina Rivera Garza, la boliviana Giovanna Rivero, la venezolana fincada en Perú, como decías, Kathy Serrano, la colombiana Pilar Quintana, las españolas Carmen Martín Gaite, Cristina Fernández Cubas, Patricia Esteban Erlés, Gemma Solsona, Oana Martínez Castillo… Y muchas otras, que seguramente estoy olvidando en estos momentos, han relaborado cuentos de hadas desde una perspectiva feminista.

TLP: Una lista impresionante. Ahí nos queda lectura sobre todas estas autoras, muchas de ellas, además, entrevistadas por Hablemos, escritoras. El cuento de Caperucita Roja, en concreto, ha sido reescrito en múltiples versiones feministas, que tú, además, has trabajado al detalle. ¿Qué aspectos del relato original crees que hacen de este cuento que sea tan atractivo para este tipo de reinterpretaciones? 

AC: Bueno, Caperucita Roja lo tiene todo. Tiene los arquetipos femenino-masculino, humano-animal, joven-viejo… Se estructura en torno a esas polaridades que se combinan en el escenario de las relaciones humanas en contextos sociales determinados. Los significados también han ido mutando, como decíamos, se han ido adaptando al paso de los tiempos. Así que hay autores que han visto en esta proliferación de versiones de Caperucita desde indagaciones sobre el acceso a la experiencia por parte de la niña, como tú bien decías antes, hasta una representación de lo que se conoce como la cultura de la violación, pasando por la indagación de la sexualidad y el deseo femenino. 

TLP: ¡Cuántas cosas! Fíjate qué componente tan interesante en relación a la sexualidad.  Bueno, al principio de esta cápsula hemos escuchado el microrelato de Kathy Serrano. Aquí también vemos una característica que tiene que ver con el humor o la parodia, que no sé si es una característica que podamos extrapolar a todas estas reescrituras. ¿Es algo general? Me gustaría que nos comentaras un poco cuáles crees que son las características más comunes que podemos observar en las reescrituras feministas de los cuentos de hadas. 

AC: Claro, hablar de reescritura invita a hablar de parodia y, efectivamente, muchas versiones incorporan el humor, sobre todo las llamadas utopías feministas, en las que se invierten los estereotipos de la feminidad y la masculinidad o se deconstruye el mito del amor romántico. El cuento de Kathy Serrano, que has leído, es un buen ejemplo. Vemos ahí la venganza de Caperucita, pero también Pobre Lobo, por ejemplo, de la Argentina de Ema Wolf, en el que Caperucita mina la moral del lobo diciéndole que tiene la voz ronca, los dientes amarillos, los ojos colorados, que qué orejas tan enormes tienes, las uñas torcidas, esos pelos en la nariz… Así que al final el lobo se cansa y se va muy deprimido. O Caperucita se come al lobo de Pilar Quintana, que en este caso se ambienta en el presente y vemos a una Caperucita contemporánea que tiene un lío con un vecino apodado Lobo y al final él le confiesa que la ama, le pregunta cuándo volverán a verse y ella le responde que lo que pasó estuvo bien, pero yo no quiero nada con usted. Los textos no humorísticos también incorporan la parodia, porque cuando hablamos de parodia hablamos de que se está repitiendo algo anterior, algo que ya se ha dicho, algo que se ha escrito, pero añadiéndole además un elemento crítico. Y te podría decir así, en forma de síntesis, que casi todos estos textos lo que tienen en común es la crítica al patriarcado y también a los modos de transmisión de los valores que articulan dicho sistema.

TLP: Bueno, en relación a esto que nos comentas, vemos cómo hay una inversión de algunos roles tradicionales o una subversión. Ya nos has anticipado sobre cómo el propio personaje del Lobo cambia, cómo se transforman esos personajes de Caperucita Roja. ¿Qué nos puedes contar sobre Lobo, Caperucita, en sus versiones feministas? Si hay variaciones en el papel de la abuela, nos hablabas del ejemplo de Pobre lobo, que ahora en vez de ser feroz es un paria del que se ríe la propia niña. ¿Qué nos puedes contar sobre esto? 

AC: Bueno, hay distintos caminos con relación a las Caperucitas. Yo distinguiría, en primer lugar, a las Caperucitas deseantes. Aquí el influjo de los cuentos de Angela Carter, incluidos en La cámara sangrienta, es muy importante. De hecho, los textos a los que me he referido, de Pilar Quintana, Ema Wolf, pero también de Luisa Valenzuela o Carmen Martín Gaite, tienen que ver con eso, con la exploración del deseo femenino y la subversión se da en esos términos. Pero también nos encontramos con Caperucitas siniestras. La novela El mal de la taiga, de Cristina Rivera Garza, o algunos cuentos de Giovanna Rivero, conectan el deseo femenino con lo abyecto, con lo repugnante. Algo que resulta muy inquietante, porque estos textos dibujan espacios, voy a decir, de indecibilidad. Es decir, no tenemos nunca muy claro en qué términos se está produciendo esa conexión, como decía, entre lo erótico o lo sensual y lo abyecto o lo repugnante. Y luego también están otros textos que lo que hacen es construir metáforas sobre la violación o incluso la pederastia, como Paciencia, de Ana Martínez Castillo, que es un cuento que a mí me gusta mucho, particularmente, en el que vemos cómo un hombre se interna en el bosque para cazar, entre comillas, a niños perdidos. Este personaje es muy interesante, hablando de los arquetipos, del lobo y del cazador, porque en él, en este asesino de niños, se yuxtapone el arquetipo de la masculinidad irracional, encarnada tradicionalmente por el lobo, y de la masculinidad supuestamente civilizadora que, a partir de las versiones de los hermanos Grimm, encarna el leñador, pero para demostrar que ambas encarnaciones de lo masculino son igualmente opresivas y violentadoras. Y en cuanto al papel de la abuela, este resulta muy interesante, porque en las versiones orales la abuela tiene un papel más, vamos a decir, no protagónico, pero más importante. La abuela es asesinada, devorada por el lobo y sus huesos escondidos debajo de la cama, donde luego el lobo se va a acostar con Caperucita. Pero antes de que esto suceda, el lobo lo que le propone a Caperucita es que beba un brebaje que la ha guardado, que en realidad es la sangre de la abuela, y que coma una carne que también ha guardado, que en realidad es la carne de la abuela. Este canibalismo en este relato, simbólicamente lo que expresa es cómo la chica joven, la niña, incorpora la experiencia de la anciana, que es lo que al final la ayuda a tener una actitud desenvuelta y poder escapar. Porque en las versiones orales, como decía al principio, Caperucita escapa de las fauces del lobo gracias a un ingenio que, insisto, alcanza gracias a poder haber incorporado la experiencia de la mujer anciana. En cambio, en las versiones escritas de Perrault y de los Grimm, la abuela tiene un papel menos relevante, a la par que Caperucita tiene mucha menos agencia. Hay algunos textos actuales que recuperan el personaje de la abuela, entre ellos la novela Las Madres Negras, de Patricia Esteban Erlés, en el que se cuenta cómo desde la tumba la abuela de la protagonista instruye a su hija, le explica cómo hacer sopa verde o cómo distinguir los hongos comestibles de los venenosos. Y cuando ella se pone de parto, abandona la tumba como esqueleto para poder ayudarla. Entonces aquí vemos cómo se recupera ese valor de la abuela en tanto que autoridad materna, pero en términos positivos. Es decir, aquí las mujeres de esta familia no son féminas indefensas como en las versiones de Perrault o de los Grimm, sino que saben cuidarse a sí mismas y además se ayudan las unas a las otras. 

TLP: Fíjate, mujeres empoderadas. Pasamos de adoctrinamiento moral a mujeres empoderadas y a reescrituras de los cuentos de habas, donde lo que se está denunciando son cuestiones relacionadas con la violación, la pederastia, y poniendo sobre la mesa cuáles serían las características de la masculinidad tóxica. Bueno, en estas versiones contemporáneas, a partir de todos estos ejemplos que nos pones, vemos cómo las relaciones entre Caperucita y el Lobo van cambiando y viéndose transformadas. ¿Qué nos puedes decir en relación a este tipo de tándem, víctima-depredador? ¿Es mucho más complejo o sigue un poco dentro de esos parámetros o los subvierten totalmente? 

AC: Como hemos visto, se puede observar una tendencia a invertir los roles cuando no a problematizarlos, como sucede en las fabulas eróticas, en las que el Lobo y la niña no son antagonistas, sino que son compañeros dentro de ese contexto de la relación erótica o en los textos en los que las fronteras entre víctima y depredador quedan menos claras. Me viene a la cabeza este cuento de Giovanna Rivero que se titula En el bosque, en el que una madre y una hija huyen de la presencia amenazante de un joven que parece que las persigue y se ocultan en el bosque, y mientras están escondidas, la madre, en su afán por proteger a la hija, le tapa la boca para que no haga ningún ruido y al final acaba asfixiándola. Luego están los cuentos en los que definitivamente se giran las tornas, como los que ya hemos citado aquí, de Kathy Serrano o de Ana Martínez Castillo, en el que la caperuza, la caperucita, es quien acaba vengándose o aniquilando al Lobo. En el caso de Ana Martínez Castillo es una niña zombi. Al final, esta caperucita es la que acaba persiguiendo y suponemos asesinando, matando, con toda la razón del mundo, al cazador Lobo del relato.

TLP: Bueno, que se pongan sobre aviso príncipes azules, leñadores, lobos y todos sus amigos. Me consta además que no solo has trabajado todo este corpus inmenso del que nos hablas, sino que en concreto te has especializado mucho en abordar, investigar y trabajar la obra de Cristina Fernández Cubas, una escritora española de lo fantástico que también ha dialogado de alguna manera con los cuentos de hadas y con caperucita. Por lo que me gustaría que nos contaras algo sobre la relación entre estos cuentos tradicionales y la obra de Cristina Fernández Cubas.

AC: Me gusta mucho, Teresa, que traigas aquí el nombre de Cristina Fernández Cubas, indiscutiblemente una maestra de lo fantástico, desde la publicación de su primer libro de relatos, Mi hermana Elba, en 1980, hasta sus últimos textos. Ella siempre ha manifestado un gran interés por los cuentos de hadas y, de hecho, sus relatos están llenos de referencias cuando no reescriben directamente algunas de estas historias. Ya que hablábamos de Caperucita, yo citaría Interno con figura, que es un relato que incluye una referencia central a Caperucita Roja, pero también Los altillos de Brumal, que es uno de sus primeros cuentos, donde aparece el arquetipo de la bruja, de la bruja de cuento de hadas, pero con una significación muy, muy positiva. O Hablar con viejas, donde se alude o se reescribe, en cierto modo, Hansel y Gretel. O El final de Barbro, donde aparece La reina de las nieves, también como subtexto. 

TLP: Bueno, sin lugar a dudas, espero que las personas que nos están escuchando se lancen a las librerías a por los cuentos de Cristina Fernández Cubas para leer todas estas referencias que nos estás comentando. Ahora me gustaría que hiciéramos un ejercicio, un ejercicio de visión del futuro. Después de todo esto que nos has contado y ver que tenemos todos estos cuentos de hadas reescritos desde una perspectiva feminista, ¿tú crees que estos relatos contemporáneos pueden llegar a reemplazar los cuentos originales dentro del marco de la cultura popular o se van a convertir en un tipo de lectura alternativa que no conocerá la mayoría de la gente? 

AC: Reemplazar no creo, porque los cuentos de hadas ocupan un lugar muy, muy potente dentro de nuestro imaginario, pero desde luego estas lecturas que llamas alternativas ofrecen nuevos puntos de vista tanto con relación a los cuentos originales como con relación a los valores sociales que en cada momento estos cuentos están encarnando. 

TLP: Bueno, ya veremos qué es lo que pasa en el futuro. Mientras tanto, algo que también me ronda o me preocupa o me interesa es saber si estos textos influyen o no en las nuevas generaciones de lectores y de lectoras, si influyen también en las creadoras y si pueden ayudarnos a transformar las ideas tradicionales que tenemos sobre las relaciones entre género y poder. 

AC: Bueno, a mí me gusta pensar que sí, que efectivamente ayudan a transformar las ideas tradicionales sobre el género y el poder porque se presentan como discursos contraculturales de enorme interés y además el trabajo de las autoras, la literatura de las autoras, está ahora mismo pasando por un momento excepcional. Así que sí, yo espero que influyan positivamente en las generaciones, las nuevas generaciones de lectores. De hecho, en los colegios se leen muchas versiones alternativas. Claro, no se leen los cuentos de Giovanna Rivero, de Cristina Rivera Garza, pero se leen versiones alternativas todo el tiempo de los cuentos de hadas. Se revisita el punto de vista del lobo, se presentan caperucitas empoderadas, lo mismo con Blancanieves, con la Bella Durmiente, con la Bella y la Bestia. El peligro, creo, es que muchas de estas versiones pueden resultar a veces un poquito edulcoradas o incluso prisioneras de lo políticamente correcto. Ojalá se extendieran en cambio las versiones de las autoras que hemos mencionado, cuyos mensajes, como decía, indagan en las representaciones antinormativas del género y en general de las relaciones sociales.

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TLP: Bueno, Ana, muchísimas gracias por acompañarnos en Insólitas, la sección del podcast Hablemos, escritoras, donde exploramos las voces más intrigantes y fuera de lo común de la literatura. Esperamos que este viaje por lo insólito haya despertado vuestra curiosidad y os anime a seguir descubriendo nuevas autoras y relatos que desafían lo convencional. Muchas gracias al equipo de Hablemos, escritoras por hacer posible este proyecto. Os recordamos que podéis visitar nuestra página web, hablemosescritoras.org, así como nuestra página de YouTube. Y, por supuesto, un enorme agradecimiento a nuestra invitada, Ana Casas, por ayudarnos a desmontar los cuentos de hadas pieza por pieza y demostrarnos que los cuentos no siempre son como nos los han contado. 

AC: Muchas gracias, Teresa, y muchas gracias a las que hacéis posible este espacio. 

TLP: Hasta la próxima, donde seguiremos desentrañando lo raro, lo extraño y lo inusual.