APR: El podcast que están a punto de escuchar el día de hoy los dejará verdaderamente pensando acerca de qué es lo que está sucediendo a nivel continental con la explotación de la naturaleza. Es un gusto para Hablemos, escritoras cuando se encuentra a una escritora que viene desde estos dos campos, desde escribir en la ficción lo que sucede en la no ficción. Hoy les presentamos a la escritora peruana Andrea Ortiz de Zevallos, quien estudió filosofía y tiene una maestría en comunicaciones y tiene un gran proyecto, una ONG llamada “Despensa amazónica”. Tiene además dos libros publicados, La mudanza imposible con Random House (2018) y Madre de Dios con Tusquets (2024). La conversación se va a muchos otros lados que yo creo que les parecerán muy interesantes. Es un gusto para todo nuestro equipo Hablemos, escritoras y todos los que están tras bambalina y quedamos muy agradecidos con Soledad Cunliffe, de la librería bellísima librería La rebelde en la ciudad de Lima, Perú.
Yo soy Adriana Pacheco y como siempre, qué gusto tenerlos acá. Comenzamos.
APR: Durante todos estos meses vamos a seguir recogiendo todas las maravillas que aprendimos en este viaje precioso a países como Perú, Bolivia y Chile. Y bueno, en Perú tuvimos una oportunidad enorme de conocer una librería muy bonita con una comunidad, pues ya muy conformada, es La rebelde y ahí nos recibió Soledad Cunliffé y la verdad es que fue muy buena la recepción, pero además las sorpresas que tenía porque no me imaginé que iba a estar ahí Andrea Ortiz de Cevallos, que además está ya saliendo su primera novela. Bienvenida Andrea, qué gusto tenerte en hablemos escritoras. Gracias por aceptar la invitación.
AOZ: Hola Adriana, encantada.
APR: Está muy complicado presentarte porque realmente tú eres escritora, sin lugar a duda con estos dos libros maravillosos de los que vamos a platicar ahorita, pero eres una gran activista de la naturaleza y estoy deslumbrada con los proyectos que están haciendo. Hablar del Amazonas, de la zona de la selva amazónica, no es hablar de algo pequeño, de algo menor. Empecemos con ese lado de tu perfil. ¿Andrea, cómo es que llegas a trabajar como activista y como protectora de esta zona tan importante del mundo?
AOZ: Yo comencé a trabajar en la Amazonía a través de la investigación que estaba haciendo un amigo mío, que es un chef bastante conocido acá en Perú, que se llama Pedro Miguel Shiaffino, y que él se quedó sorprendido cuando volvió del extranjero a estudiar y toda la cocina peruana estaba únicamente basada en los ingredientes limeños. Había algo de la selva que no había sido explorado del todo dentro de la cocina. Y entonces fue así como, a través de su relato, yo me sentí atraída y comencé a acompañarlo a los viajes. Y luego en un tiempo formamos una ONG, que se llama “Despensa amazónica”, donde investigamos la Amazonía a través de la cocina. Y la cocina nos lleva a muchos otros lugares, porque la cocina también es la forma que tienen las comunidades de explorar el bosque para buscar los productos vinculados a su propia alimentación. Tiene que ver también con costumbres culinarias ancestrales que muchas veces se transmiten de generación a generación a través de las mujeres, especialmente. Tiene la cocina, tiene historias detrás, tiene toda una cultura viva y entonces ese es el hilo conductor de nuestra ONG, la investigación de la Amazonía a través de sus productos a través de la cocina. Y lo que hacemos es conectar la producción de estas comunidades con el sector gastronómico, los restaurantes y la gastronomía profesional.
APR: Qué increíble. Entonces lo que hacen es que van a investigan en esas zonas. Ahorita fuera del micrófono me estabas platicando que estuviste en una zona nueva para ti. ¿Van a esa zona y qué sucede? ¿Qué hacen ahí?
AOZ: Sí, estuvimos hace unos días en la reserva nacional Allpahuayo Mishana, que es una reserva protegida por el Estado y lo que hacemos es conversar con las comunidades, entender qué productos tienen. En este caso, por ejemplo, ellos estaban trabajando con los guardaparques del Sernap, unos planes de manejo para trabajar de manera sostenible frutales y aprovechar el bosque de manera sostenible. Es una zona en la que, además, ya está llegando, lamentablemente, la influencia de la minería ilegal. Entonces es una lucha contra el tiempo también por desarrollar economías sostenibles antes de que las economías ilegales lleguen a la zona. Y pues es una tentación muy grande porque implica mucho dinero. Son poblaciones bastante pobres, entonces nuestro esfuerzo es desarrollar economías que sí sean sostenibles para conservar el bosque.
APR: ¿Ustedes sienten que, si se puede hacer algo sostenible, eso podría proteger, fortalecer la zona y protegerlos de todas estas acciones ilegales que están invadiéndolos?
AOZ: Poco a poco sí. Como dije, es una lucha contra el tiempo porque la minería avanza muy rápidamente, genera dinero, digamos, Inmediato y grande y los proyectos que buscan conectar los productos de la selva con la gastronomía demoran un poco más de tiempo. Pero hay muchos comuneros que están bastante comprometidos con conservar el bosque. Hay muchas personas que están encargándose de la reforestación por iniciativa propia, más allá del Estado. Incluso escuchamos a un hombre de 80 años que nos decía, “Todo lo que yo estoy sembrando no lo voy a ver, pero es para mis hijos, es para mis nietos”. Entonces hay una doble realidad, una en la cual hay mucha conciencia de la importancia de preservar el bosque, especialmente de la gente mayor. Y, por otro lado, hay la tentación del dinero rápido y fácil que traen las economías ilegales. Y estas dos fuerzas, digamos, están presentes ambas en las comunidades, como dije, son comunidades muy pobres. Y bueno, hay ciertos enfrentamientos, hay gente que tiene muy clara la vocación y la voluntad de proteger el bosque, y hay otras personas que simplemente quieren una economía mejor a la que tienen y por supuesto que es una tentación la llegada de las economías ilegales.
APR: Claro, definitivamente ahorita que estás hablando de los elementos de los ingredientes de esta cocina, algo que me pasa mucho cuando voy a Perú, que es un país que además me parece entrañable, es que comparan —sabiendo que soy de México—, comparan esta comida peruana con la comida mexicana que sí son las mejores del continente o no. Lo cual yo creo que sí y obviamente hay comida muy rica en todo continente, pero la comida mexicana y la peruana se cuecen aparte ¿no?. Y siempre algo que les digo es que la riqueza de la comida mexicana viene también por estos ingredientes prehispánicos. O sea, no nada más es la Colonia la que influyó muchísimo a la cocina y después obviamente todo este afrancesamiento que tuvimos, pero son los ingredientes precolombinos que llegaron a las cocinas y se mezclaron con los otros ingredientes. ¿Piensas tú que ahora con esto la gran riqueza culinaria de Perú, que ya tiene, podría agregar otros platillos que se vayan integrando a un menú, a una dieta y obviamente con eso lograr también un atractivo, adicional que ya tiene el país.
AOZ: Y totalmente. Ya hay un movimiento y hay un movimiento de cocineros que están buscando la biodiversidad de la Amazonía, no solo en Perú. Hemos estado hace poco en Bogotá y ahí también hay un movimiento fuerte de cocineros, de todas las edades, que inició y lideró Eduardo Martínez, pero que ahora vemos que muchos cocineros jóvenes están siguiendo esta curiosidad por la biodiversidad, que trae nuevos sabores, que trae oportunidades de ser creativo con ingredientes nuevos. Y no solamente en los países amazónicos, sino también en España, se habla de la importancia de la biodiversidad de la Amazonía para la cocina del futuro, digamos.
APR: Qué interesante. ¿Cuáles son los países amazónicos? ¿Es Perú, es Brasil, Bolivia?
AOZ: Si son Perú, Brasil, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Colombia.
APR: Claro. increíble, maravilloso. Pues muchísimas felicidades por ese trabajo. Ojalá que tengan mucho éxito y que puedan conseguir todos los fondos que necesitan para seguir creciendo. Y bueno, de ahí, obviamente, un día decides que quieres empezar a escribir y escribes un primer libro de cuentos. ¿Cuéntanos, Andrea, cómo fue esa decisión de entrar a escribir? Eres lo que podría uno decir ahora, con las edades con las que están escribiendo, que eres una escritora tardía, por decirlo así, aunque eres muy joven, pero eres una escritora que no empezó con su primer libro, como hay algunas a los 18 años, no?
AOZ: Sí, yo comencé a publicar a los 39, efectivamente. Y la decisión de comenzar a publicar, en realidad, yo siempre he escrito lo que fue tardío de pronto fue comenzar a publicar. Y yo creo que se dio por 3 motivos. El primero, que yo quería asegurarme haber alcanzado un nivel de algo que a mí me gustaría leer, digamos y entonces los primeros intentos no me terminaban gustando totalmente. Y lo segundo es que vengo de una familia donde se privilegia mucho el trabajo empresarial y entonces para mí fue difícil decir que la escritura era mi trabajo principal. Me costó, digamos, algunas barreras, no, no, no tanto externas como internas. Entender que la escritura era mi trabajo principal. Y el tercer motivo es que mi década de los 30 fue una década bastante movida a nivel personal murió mi esposo y yo también estuve enferma y tuve que curarme de un cáncer que me tomé un tiempo vencer. Y bueno, después de eso publiqué mi primer libro. Sí, es un libro bastante interior, mi primer libro porque viene cargado con una década que fue muy difícil de pasar, no?
APR: Pues lamento muchísimo lo su enfermedad y la pérdida de tu esposo. De verdad que que lo lamento mucho. ¿Qué pruebas nos va poniendo la vida, no? Pero qué bueno que estás escribiendo y esa es una manera también de, pues, de compartir muchas cosas. Ahora que te escucho, hace sentido por qué sentí en tu libro La mudanza imposible, la presencia de la casa de manera tan fuerte en varios de los cuentos, de distintas maneras. El espacio privado es el que prevalece en las historias, lo que está sucediendo. Cuéntanos un poco acerca de este ímpetu de entrar desde el espacio privado a la vida de los otros, pero en esa intimidad que es, pues el hogar, no, que son las cuatro paredes que nos sostienen o que nos protegen o que nos encarcelan.
AOZ: Bueno, está el lugar privado que es el hogar y está el lugar privado, que es la mente y el espacio interior. Es algo que es muy frecuente en mi obra. Es un espacio que me interesa mucho explorar porque de alguna manera lo interior es lo que mueve las voluntades. Todo lo que vemos afuera, todo lo que decimos de alguna manera fue creado o fue pensado primero en un espacio interior. Entonces ese primer libro está basado en ese espacio interior y sin duda tiene temáticas como la casa, la maternidad, la familia. Y sí, el espacio físico es también importante y de alguna manera, podría haber como una especie de analogía entre la casa y la mente. Y yo creo que es la mente de los personajes es lo que más me ha interesado explorar en ese libro.
APR: Claro, se ve en Madre de Dios, por ejemplo, cómo la protagonista está digiriendo todo lo que sucede con su esposo. Y no nos adelantemos, porque ya iremos paso a paso. Pero hay muchísimo toda esta idea de que lo que ella está pensando, lo que está sucediendo, lo que la gente espera que ella diga, por ejemplo, la escena en la tienda, con la deuda. Me parece muy interesante como el hermano interviene y ella de alguna manera está en ese espacio interior tratando no nada más de no hablar —porque no es una voluntad de no hablar— sino es simplemente la manera en cómo ella está internalizando todo esto que le está sucediendo. Andrea, cuéntanos por ejemplo de este cuento que se llama “Otra casa”, ahí es un ejemplo de lo que estás diciendo ahorita. Y obviamente, lo que está sucediendo en “Otra casa”, se repite en otro de los cuentos, pero específicamente, ¿de dónde viene esta historia de otra casa?
AOZ: La historia de “Otra casa” viene de un momento de intento de escritura realmente, y digamos, la forma como el personaje va desde sus actividades cotidianas hacia ese mundo interior, ese mundo interior en el que sucede todo, en el que todo se termina. Y en realidad, el personaje no es una escritora, sino es una arquitecta que está diseñando una casa. En el proceso de diseño de esa casa, lo que imagina es otra vida, porque está de alguna manera atrapada en una vida que le convence y está diseñando una casa para otros, para que a otros no les pase lo que a ella le pasó de alguna manera. Pero no solamente tiene que ver con el proceso de entender su propia situación familiar, sino también es un cuento que está muy enfocado en el trabajo silencioso que implica, en este caso la arquitectura, pero en mi caso en la escritura, que es un trabajo de creatividad, pero también es un trabajo solitario que requiere muchas horas de pensamiento y de estructuración y de creación. Igual como se diseña una casa, se diseña un cuento. Igual como se estructura, digamos, la base de unos planos arquitectónicos es que se construyen historias. Entonces también hay algo sobre mi propia experiencia en la escritura dentro de ese cuento
APR: Claro, me encanta. ¿Quieres leer un fragmento de este cuento al inicio de este cuento?
AOZ: Sí, encantada.
Sueño que tengo que entrar a la casa de enfrente, donde ladran los perros por las tardes, esa puerta de madera verde descascarada. Me despierto de calor después de dormir diez minutos. ¡Una siesta de solo 10 minutos! Voy a mi closet y me pongo una blusa sin mangas. Me vuelvo a recostar en la cama. Cierro los ojos. Los abro algunos segundos después. Miro mi celular. Ninguna llamada perdida, ningún mensaje. Nada. El hombre que ronca no se ha manifestado. Me frotó el ojo. Abro el libro que comencé a leer por la mañana en la página donde dejé el marcador. Leo tres párrafos. No entiendo mucho porque estaba pensando en otra cosa. ¿En qué? En que me pica el ojo, seguramente, en que de nuevo me pica el mismo ojo. Vuelvo a leer. Esta vez no logro ir más allá del primer párrafo. Cierro el libro. Siento un hueco en la panza. No puede ser hambre, porque almorcé hace poco más de una hora. Me levanto. Voy a la cocina. Busco algo en la alacena y saco un puñado de nueces. Me las como, pero sigo teniendo el mismo forado no era hambre, confirmo.
APR: Exacto, así ese es un muy buen ejemplo de esta introspección, de este monólogo, de este repetirse y sobre todo de estarse viendo cada instante en cada momento, no frotarse el ojo, decir que es el mismo ojo, decir que no está uno entendiendo porque está uno distraído. Y a la vez siembra la semilla de que pues no hay mensajes en el celular. Muy interesante. Otros dos cuentos que me llamaron mucho la atención fueron “Pigmentación” y “Hora de muerte”. Ahí estás también jugando con el papel de la madre, lo cual se complementa en lo que es la historia de Madre de Dios, que el título, no es por ahí, no se vayan a confundir los que nos están escuchando. Ahí estamos hablando de otro tema, pero otra vez aquí, en estos cuentos, está esta idea de lo que es la madre. Cuéntanos un poco acerca de este momento en el que tú decides que también el vínculo entre madre e hijos y entre madre vista como una persona independiente de los hijos, como separada, está presente en tu obra.
AOZ: Creo que en vez de tener que ver la experiencia de ser madre. Yo fui madre a los 30 y cuando escribí ese cuento “Pigmentación”, mi hija era niña. Y creo que la maternidad está presente en mi obra de formas muy diferentes. Está a través de la ternura, pero también está a través de la afirmación de la mujer que era antes de ser madre y que se mantiene, que permanece. En “Hora de muerte”, la madre a la que te refieres me imagino que es a la abuela, que es la que está, digamos, con sus hijos acompañando a su esposo a morir. Sí, yo creo que es el lugar de la madre es un lugar un poco distinto al de “Pigmentación”. En el caso de “Pigmentación” es una madre joven que, por un lado, afirma su espacio mientras observa a su hija y trata de entender sus movimientos y su dinámica y sus habilidades para generar situaciones sociales que la integren. Mientras que en “Hora de muerte” es una madre que se ha determinado a sí misma mucho más como madre en su identidad a lo largo de toda su vida. Y el Madre de Dios hay la presencia tácita de la madre que ha fallecido. Es el personaje Marcela, el personaje principal tiene un constante recuerdo de su madre, pero es a la vez un recuerdo un poco vago porque la madre murió cuando era niña y la madre termina siendo como una especie de figura celestial que la acompaña en todo momento. Honestamente, sale el tema de la madre de una manera muy natural, tal vez con un poco de ingenuidad de mi parte. No es que haya trabajado el tema de la madre de una manera muy consciente o que o que sea, me interesa que me digas que es un hilo conductor de mi obra y pues Madre de Dios tiene la palabra madre en el título, sin duda. Y ahí y ahí también se habla sobre la maternidad de del ser divino con un enfoque un poco panteísta y la maternidad de la naturaleza. Creo que tendría que pensarlo más, un poco más profundamente para poder articular una respuesta sobre el rol de la maternidad en mi obra, porque creo que es muy distinta y seguramente debe ser muy distinta porque yo misma en los diferentes momentos de mi ser como madre, me voy descubriendo ángulos que no conocía antes. Entonces la madre se transforma, es una madre que se transforma,
APR: Claro, no creo que sea el hilo conductor. Yo creo que es uno de tus temas y uno de pues de tus pensamientos recurrentes, como tú bien dices desde distintos puntos. Yo creo que tienes ahí otros temas muy interesantes, otros hilos, que podría ser que, por ejemplo, es la cuestión de la justicia social, la cuestión de la verdad, sacar la verdad a luz, obviamente toda la cuestión ahora que ya nos has platicado sobre tu trabajo en Amazonia y demás de esas explotaciones y del ecocidio. En fin, yo creo que es interesante estos dos libros, porque de alguna manera también revelan dos momentos como muy diferentes de de ti en la obra. Madre de Dios además me encantó porque cuando llegó a mis manos nosotros estábamos planeando hacer el documental que finalmente ya salió sobre Free Radicals y es nuestro segundo documental, pero es nuestro primer documental, ya con footage armado en un formato más de documental. Y en la historia, precisamente, el lugar de donde se está generando tu historia, la trama, pues es de estos documentalistas, que están haciendo esta exploración y que están sacando obviamente verdades, que eso es lo que hace, pues también un documental, revelar verdades y hablar de personas y de personajes, de historias, de situaciones, de conflicto, que no se han explorado suficientemente en otros lados. Cuéntanos un poco de dónde germina esta idea de hacerlo a partir de un documental y ya hablaremos. Por ejemplo, tú has escrito también guion, entonces eso me parece muy interesante, ese diálogo y también de qué manera. Cómo esta figura de documental te permite entrar en otros espacios de lo que es, este lugar de conflicto en donde muere el protagonista, bueno, el esposo de la protagonista.
AOZ: Sí, la figura del documentalista o del lado documentalista surgió también de manera espontánea, porque yo me metí a un taller documental en Ciudad de Guatemala, donde yo viví en ese momento. Y Marcela Zamora era la que dictaba el taller documental, que es una documentalista salvadoreña bastante reconocida que hoy vive en México. Y yo ya venía pensando en un libro en el que me interesaba explorar el duelo a través de la ficción, que fuera un duelo vivido de una manera totalmente distinta a como yo he vivido mis duelos personales, en circunstancias que me permitieran observar desde otras situaciones, procesos que yo conocía, pero también tuve que hablar con personas que habían pasado por situaciones similares a las de mi protagonista, pero la presencia de una documentalista y que ella fuera la protagonista se inició con este taller de documental que hice en Ciudad de Guatemala. Y me pareció espectacular, como Marcela Zamora, que es, digamos la verdadera documentalista, porque la de mi novela se la protagonista de mi novela se llama Marcela Irvine.
APR: Ajá, pero en Marcela ahí está.
AOZ: Pero ahí está, le puse el mismo nombre, la forma como ella hablaba sobre la relación que establecía con sus personajes. Ella llamaba personajes a las personas que entrevistaba y que por temporadas largas hasta seguía. Yo siempre he pensado que un escritor es como un espía y ella también me dio la impresión de que se sentía un poco espía al seguir la vida de estas personas, evaluar cuando se acercaba, cuánto averiguaba sobre ellas antes de acercarse. Entonces, me pareció una psicología muy rica explorar la psicología del documentalista, porque por un lado está buscando la verdad, por otro lado, está mirando con sus propios ojos, tiene la conciencia de cuáles son sus propios ojos y está tratando de indagar en los dolores, más en el caso de estos documentales en los dolores más profundos de ciertos pueblos de ciertas personas que han vivido violencia que han pasado por situaciones criminales. Que están, por ejemplo, en situaciones de trata, yo me sentía una espía que a la misma vez espiaba a otra. Alguien que sigue a una persona que tiene por profesión seguir a los demás, observar a los demás. Y la escritura es un trabajo sobre la mirada, sin duda, y el cine también es un trabajo sobre la mirada.
APR: Claro, Ann Sexton dice en The Black Art dice, “A writer is essentially a spy”. Entonces me gusta esta idea que tú también, ahora pones en la mesa que tú misma te sientes una espía. Y pues sí, definitivamente un documentalista, ¿qué es lo que está haciendo? está observando, está poniendo la mirada, como lo dices, en alguien más y en los pequeños detalles que construyen a esa otra persona. En este libro la muerte es una de las protagonistas importantes. No empieza con el asesinato, con la muerte de Esteban, en donde obviamente está conectado con lo que se está pasando, con un ecocidio, que es una muerte de manera brutal, algo que está completamente indefenso, que son nuestras reservas naturales. Bueno, lo que tú estás haciendo acá también estás poniendo el ojo sobre el crimen organizado, cuéntanos un poco acerca de esto. Ahora entiendo con lo que estás haciendo es que tú misma estás empapada de lo que sucede en estas zonas. ¿Pero, cómo trasladas esta cuestión de la no ficción a la ficción para hablar de estos temas?
AOZ: La ficción permite el espacio interior. La no ficción, de alguna manera, se sale de su registro cuando entra al espacio interior porque tiene que ser un espacio interior necesariamente supuesto. Entonces, en mi trabajo, es muy importante la ficción, porque permite entrar a la mente, a los personajes y a esa mirada y poder narrar desde ahí. El libro comienza con la muerte antes del primer párrafo, donde se narra la muerte del esposo de la protagonista. Pero antes de eso hay un epígrafe que es un epígrafe de Robert Walser que dice, “Pues ¿que era un muerto? Oh, una incitación a la vida. Nada más”. Ese nada más de Walser es maravilloso, aunque la verdad, yo no, no lo comparto, quise incluirlo porque es maravilloso pensar que la muerte es una incitación a la vida y solamente eso. En este libro definitivamente, el amor está vinculado con la violencia y con el crimen organizado y con toda esta red enorme que no solamente hay en el Perú, sino que es una red de toda América Latina, porque la minería ilegal es también financiada por el narcotráfico y es una forma de lavar el dinero del narcotráfico. Y está probado que de México llega a financiamiento para la minería ilegal, digamos, como una manera de lavado, y entonces, son economías ilegales donde se cruza el narcotráfico con la minería ilegal y ya están igual que en México, pues lamentablemente involucras las autoridades y se ha vuelto una economía en sí misma, más allá de clanes —por supuesto que hay mafias y hay clanes—, pero ya se ha vuelto una economía capitalista que funciona por sí misma. Y entonces es una muerte del sistema democrático también, es una muerte de la institucionalidad de los países, es una muerte del bosque, aunque yo tengo la esperanza de que el bosque sea más fuerte que nosotros. Y esta imagen de que el bosque puede ser más fuerte, yo la he visto en Tikal. Yo no sé si tú has sido a Tikal, pero cuando ves como la naturaleza ha vuelto a enterrar ciudades enteras, y en Tikal tú puedes ver las pirámides que han sido limpiadas, excavadas, que han tenido un tratamiento arqueológico. Pero luego, ves en todo el resto de la selva muchos montículos que son pirámides enterradas por la selva y que todavía no han sido excavadas, civilizaciones que de alguna manera fueron enterradas por la naturaleza y yo tengo la esperanza de que el bosque no sea tan indefenso como pensamos. Ahora mismo definitivamente hay ecocidio y hay un atentado enorme contra miles hectáreas de bosque. Pero yo tengo la esperanza de que de alguna manera la naturaleza responda y pues no, no, no se llegue a depredar toda la Amazonía.
APR: Me encanta la pasión, las pausas que haces mientras hablas, pues es precisamente esta consternación de ver lo que pasa en estos lugares tan maravillosos, naturales. Y no te vayas tan lejos, qué buen ejemplo de Tikal, pero tu mismo país, o sea, ir a Machu Picchu, es una cosa, completamente que te pierde, y cómo están todas esas excavaciones y la naturaleza también las toma, no vuelven a crecer las plantas y los árboles. Al hablar tú de la muerte de un ecocidio y de hablar de la muerte de un sistema, estás también de alguna manera haciendo denuncias. Y ¿pensarías tú que la literatura, de alguna manera, funciona también como un escaparate en donde se pueden mostrar estos temas? por ejemplo, ahorita platícanos ¿qué tipo de minería es la que están tomando estas economías ilegales? ¿Qué es lo que sacan, qué explotan? Y ¿de qué manera tus libros a través de la literatura, nos puedes también educar a nosotros?
AOZ: Yo creo que la literatura sin duda puede llegar a generar conciencia, porque las historias bien contadas permiten conectar, despiertan empatía, informan, nos hacen pensar, nos conmueven. Ahora, yo lo que siento sobre mi novela es que quien es activista no es el libro ni la historia, sino el personaje. El personaje es activista y en la medida en que he elegido un personaje que es activista, pues pone los temas del activismo medioambiental. Pero la novela tiene un hilo que va más allá del activismo y que tiene que ver con el duelo de ella y con volverse a parar en otro lado ya después de la muerte de su esposo, honrándolo a través de esta investigación a través de no de tener el trabajo que ellos venían haciendo juntos, con el desafío de terminar esta película que de alguna manera es peligroso terminar por la investigación que requiere, pero que ella se obliga a terminar para poder de alguna manera tener un cierre, pero también a la misma vez para poder reubicarse en una nueva vida. La muerte es una presencia que lo cambia todo y que te obliga a reubicarte. Y si bien hay muchos temas que tienen que ver con el activismo ambiental dentro de la novela, yo creo que es sobre todo, una novela sobre el duelo de una mujer.
APR: También, Claro, definitivo, déjame leer una parte que dices muy hermosa que dices, “Mi romance inicial fue con la selva, con el río, realmente con las horas de navegación en esa masa de agua ancha y oscura, con esa cadencia y el hipnotismo de su atmósfera”. Me encanta. Bueno, la gente que nos gusta la naturaleza, obviamente nos conectamos con este ritmo, que además la naturaleza tiene su ritmo y hagamos lo que hagamos, ahí va a estar ese ritmo, no? Y esa declaración de amor me parece casi casi que es tu alter ego haciendo una declaración de amor a la naturaleza. Me parece bellísimo. ¿Andrea, Quieres leernos un fragmento de este libro?
AOZ: Sí.
“Conforme pasaban los días, la idea de <hacerlos pagar> se me fue haciendo cada vez más absurda. Lulu tenía razón: Neizan no iba a ir a la cárcel. Los mafiosos que mueven millones en el Perú o quedan impunes o terminan muertos, pero rara vez van a la cárcel. Y yo no sabía si Neizan flores se había vuelto un operario de algún otro minero mayor, o si —con Julio palomino debilitado— estaba comenzando a adquirir su propio peso en el negocio. Lo que sí entendía era que, si yo seguía presionando, la que iba a terminar muerta y pronto era yo. Y aunque estuviera furiosa por la muerte de Esteban, y aunque sintiera una tristeza maciza como sarro calcificado en las arterias y aunque supiera que no iba a poder ablandarla en muchos años, yo no me quería morir.
APR: Claro, definitivamente ¿qué es lo que extrae este gran negocio de la minería? ¿Qué minerales son los que están extrayendo?
AOZ: Oro, oro. Principalmente la minería en el río extrae oro. Y es importante decir que no se trata de una empresa minera, sino que son grupos de mineros ilegales que ya se han vuelto, tan imponentes y tienen tanto dinero, que hoy en día tienen más tecnología que la propia policía nacional y que el servicio de guardaparques. Y que son los mineros quienes monitorean a las autoridades y no al revés, porque la tecnología que han conseguido les permite monitorearlos. Y lo que hacen es que una vez que se dan cuenta de que los operativos están llegando a la zona donde ellos están, hunden las dragas, hunden estas estas embarcaciones a través vez, las cuales sacan el oro de los ríos y hunden la embarcación para que no pueda ser identificada y luego tienen un mecanismo que les permite volverlas a hacerlas emerger desde el fondo del río para seguir sacando el oro. Pues sacar el oro requiere mercurio. Los ríos terminan absolutamente contaminados con mercurio. Las imágenes que uno ve desde el avión cuando sobrevuela Madre de Dios al aterrizar en Puerto Maldonado son tristísimas, porque de verdad son estas como si fuesen arterias blancas llenas de pus en lo que antes era río y selva.
APR: Qué increíble, qué barbaridad. Bueno, pues la verdad es que a veces la literatura me sorprende a mí, los libros que me llegan, pero lo más interesante son las escritoras, las grandes historias, grandes, grandes historias que tienen que contar. De verdad que te felicito por eso. Y pues hablar de estos temas nos ilustran, nos hace tener conciencia y, sobre todo, abrir los ojos a cosas que ni siquiera nos imaginamos que están sucediendo. Y bueno, pues te vas a un guion, ahí recibes. Además, premios varios premios. Felicidades, Andrea, qué gusto ahora que hicimos el documental y que a mí me encanta esta cuestión de tratar de hacer el guion, contar una historia de un documental o de una película es otra manera de escribir muy diferente. Y estamos hablando de muerte en el festival. Recibiste premio mejor guion de comedia en el Festival de Cine de Oaxaca, Best Feature Screen play en California Underground Film Festival. ¿Cuéntanos un poco sobre esto, qué es esta historia no está muerta en el festival y cómo fue este proceso de creación del guion?
AOZ: Un proceso muy entretenido. Me llamó un amigo que es cineasta y cocinero y que él vive en Boston, pero que había Estado viniendo a Guatemala con mucha frecuencia porque su esposa es guatemalteca y en esa época yo vivía en Guatemala. Y bueno, me propuso escribir este guion que partía de una historia que era suya, una historia que él ya tenía en la cabeza sobre un Festival de Cine que reunía a críticos a una a una actriz muy famosa en la región por su papel de detective en una serie de televisión en los noventas. Y entonces se da un asesinato en el contexto de este Festival de Cine y la actriz que era conocida por su papel de detective, comienza a investigarlo por menores del asesinato entonces es una comedia y lo que más me gustó de este proceso, primero que no era una historia mía, entonces me tuve que poner a escribir sobre algo que no se me hubiera ocurrido a mí en una comedia, que también me saca un poco del registro en el que normalmente trabajo. Y lo que más me gustó de trabajar con Juanma Calderón es la seriedad con la cual él puede inventar situaciones absolutamente delirantes, y me hizo pensar en que lo más importante en la comedia es, aunque suene paradójico, la seriedad, la seriedad con la cual tratas cosas absolutamente improbables. Y me enseñó a ir hasta el fondo de situaciones inverosímiles y eso me ayudó mucho en la escritura de mi novela, porque hay momentos de la novela en que si yo me encontraba con inverosimilitud, tenía que darle la vuelta a través de cuán delirante era la pretensión, por ejemplo, de la persona. Hay un momento en y ahora vuelvo a la novela Madre de Dios. Hay un momento en que a Marcela, la Documentalista, le piden que ayude a traer de regreso a una niña que estuvo vinculada al asesinato de su esposo. Y en algún momento dije, pero esto es totalmente inverosímil. Y el delirio que Juanma me enseñó a explorar me ayudó a volverlo verosímil por la seriedad con la que fue tratado ese momento. Entonces fue una experiencia de aprendizaje con Juanma muy divertida, y yo estaba en Guatemala y el en Boston y nos reuníamos. En esa época no había creo que ni Zoom, sino era por Skype hablar toda la mañana y entonces definíamos las escenas y bueno, yo luego escribía en lo que quedaba del día y las entregaba en la noche y así íbamos construyendo la historia entre él y yo.
APR: Claro, qué interesante. Bueno, pues la verdad es que ese es otro reto, otra exploración, y eso enriquece, obviamente, lo que después vayas a hacer en la conjunción entre la narrativa, la ficción, la no ficción y lo que es el screen play eso increíble, pues maravillosa. ¿En qué estás trabajando ahora, Andrea, para cerrar la conversación? ¿Qué estás haciendo ahora en la escritura?
AOZ: Ahora estoy trabajando en una novela. Preferiría no comentar por ahora el tema de la novela, pero es una novela documental. Es una novela que está basada en hechos reales, con voces que son como testimonios, pero que es ficción. Y me interesa siempre irme a la ficción justamente para poder meterme al espacio interior de los personajes. Eso es lo que estoy haciendo ahora.
APR: Qué maravilla. Bueno, tus dos primeros libros, La mudanza imposible con Random House, Madre de Dios con Tusquets, pues ya estaremos esperando este nuevo libro. Andrea, muchísimas gracias por sumarte a vernos escritoras. Qué gusto me dio haberte conocido en persona y a poder tener acceso a tus libros y ahora tenerte en la enciclopedia y en el podcast.
AOZ: Gracias a ti.
APR: Adriana, pues un abrazo grande desde Austin, Texas.
AOZ: Un abrazo, gracias.
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APR: Quedamos muy agradecidos con Andrea Ortiz de Ceballos, con esa conversación en donde se ve esa emoción, ese gran amor que tiene por la naturaleza y esta pasión de poder ir, descubrir lo que está sucediendo con esas comunidades que tienen una gran cultura culinaria legendaria y, por otro lado, lo que está sucediendo con la explotación y con el daño ambiental. Las historias son buenísimas, los personajes son maravillosos, tanto en su libro de cuentos como en su novela. No se pierdan, no se pierdan leerla. Y quedamos muy agradecidos a librería La rebelde y a Soledad Cunliffe por haber abierto esta puerta. Qué delicia que podamos viajar hasta tantos rincones de este continente. Yo soy Adriana Pacheco y como siempre, los invito a que nos sigan cada semana. Que se suscriban a nuestro Newsletter, que vayan a nuestra página web, que consulten esta enciclopedia que crece día a día y que vayan y que revisen nuestras más de 3500 recomendaciones de libros. Increíble. Hemos superado ya los 560 episodios y vamos por más. Gracias al equipo que está tras bambalinas y a todos ustedes que nos apoya. Nos escuchamos en el próximo episodio.