Adriana Pacheco: Se suma a Hablemos escritoras una escritora Argentina más. Es increíble el talento que hay en ese país, en la creación de escritoras contemporáneas y de todos los tiempos. Tenemos el gusto de recibir hoy a Agustina Bazterrica, quien tiene un perfil muy interesante y varios libros ya publicados tanto en cuento, novela, como ensayo. Platicaremos sobre ellos, platicaremos sobre su trayectoria y le damos las gracias a Penguin Random House, a Julieta Bliffeld y a Mónica Delgado por hacer posible esta entrevista. Yo soy Adriana Pacheco y todos nosotros somos Hablemos, escritoras, una plataforma, un proyecto, un podcast, un enciclopedia, reseñas de libros, presentaciones, libros en audio, libros traducidos, todos dedicados a ser visible la obra de escritoras contemporáneas y de todos los tiempos. Transmitimos dos veces por semana, algunas hasta tres, y nos pueden escuchar en todas las plataformas. Sin embargo, los invito a que visiten nuestra página web en donde tenemos la enciclopedia más grande del mundo hasta el momento en escritoras de todo el continente, España y los Estados Unidos. Visiten también nuestro canal de YouTube y no dejen de ver nuestros videos y documentales que tenemos ahí.
Comenzamos con muchísimo gusto recibiendo hoy a Agustina Bazterrica. Pónganse cómodos.
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APR: Cuando abrimos nuestra sección editoriales dio muchísimo gusto poder empezar con encuentros, con amistades que se han hecho muy largas por todos estos años con editoriales que nos han protegido mucho, que nos han ayudado mucho en proyecto. Y lo más maravilloso de eso es que ellos nos recomiendan escritoras, algunas escritoras obviamente, ya nos las hemos encontrado nosotros en nuestro camino lector, pero otras no tanto. Y bueno, hoy es una mezcla, tenemos una invitada… es una mezcla porque yo ya la conocía desde antes, se había leído uno de sus libros, pero ahora me llega otro libro y me llega ella completita en esta entrevista desde Miami, ¿verdad? Bienvenida Agustina va a ser rica, que gusto tenerte aquí.
Agustina Bazterrica: Muchas gracias, un gusto también para mí y te contaba que estoy en las oficinas de Penguin Random House, que es una editorial acá en Miami. Y a punto de ir al aeropuerto en un ratito y viajar a Buenos Aires donde vivo, pero muy feliz con toda la experiencia de la Feria y bueno, yo conocí Miami hace como 30 años, cuando era joven… (se ríe).
APR: Más joven (se ríe).
AB: …más joven, pero no me acuerdo mucho. Pero ahora viste como la ciudad cambian con el tiempo y sobre todo con Internet, que es impresionante también como funcionan de otra manera, y me encanta. Me encanta la ciudad y me encanta porque acá vive mi prima y su mujer y la mujer conocí ayer, y bueno todo una fiesta.
APR: Pues que maravilla, felicidades y felicidades a la feria del Libro de Miami, que además tenemos amigos entrañables ahí. Me da muchísimo gusto que estés ahí. Me imagino que estuviste presentando ahí tu ultimo libro, ¿verdad?
AB: Sí, estuve presentando Las indignas, que está publicado por Alfaguara, que es una parte de Random House. Fue una presentación hermosa. Hubo mucha gente también. Estuve presentando con Mariana Sánchez, que es Argentina, pero vivo en España. Ella presentó su libro y fue un diálogo muy enriquecedor, muy, muy lindo.
APR: Ah, pues qué lindo. Pues un abrazo desde Austin, Texas, hasta allá. Un abrazo para Gloria Noriega, que ha sido también parte del equipo y nos ha ayudado tanto. Julieta Bliffeld y Mónica Delgado, que hace posible este encuentro. Y bueno, pues yo te contaba fuera de micrófono que me he pasado toda la mañana presumiéndole a la gente con la que he convivido que te iba a entrevistar. Entonces, yo les decía, “No se imaginan, que interesante la escritora que va a venir a Hablemos, escritoras.” Y bueno, pues vamos a empezar con una pregunta que parece muy simple, es obvia pero a la vez es muy compleja, ¿no? Esta novela, Las indignas, que además tienen una portada wow, pero sublime, ya tiene cinco ediciones, es uno de los libros más vendidos en Latinoamérica. Fue en este año 2024. ¿Qué es esto para ti? ¿Qué significa para ti? ¿Por qué crees que se convirtió en este fenómeno esta novela? ¿Qué esta pasando con este libro?
AB: Primero decir que vivo en estado de agradecimiento porque me parece un privilegio, porque a veces los libros siguen caminos desconcertantes. Yo hablo mucho con editores que me decían, “Este libro para mí va a ser un hit total” y no pasó nada. Y bueno, uno nunca sabe lo que puede pasar con los libros en definitiva. Por eso estoy muy agradecida lo que está pasando con Las indignas y Cadáver exquisito que también va por la edición no sé cuánto y tradujo a 32 idiomas, que es una barbaridad. Y creo que lo que pasa, es lo que me dicen los lectores. Que son libros, tanto Cadáver exquisito como Las indignas, que los leen muy rápido porque se enganchan. Hay mucha gente que me dijo, “Yo tenía un bloqueo lector y vos me sacaste el bloqueo de lector.” O gente que me dijo, “Yo nunca leí un libro entero en mi vida porque me aburre la literatura y tus libros los leí enteros.” Entonces lee muy rápido, sienten cosas físicas, con Las indignas hubo gente que lloró mucho con un personaje, que no voy decir cuál es, les dio terror, que tuvieron pesadillas con Cadáver exquisito, gente que sintió el gusto de la sangre en la boca, que ese desmayó. Bueno, les pasan cosas en el físico. Y además, después cuando lo terminan, necesitan hablar del libro con otra persona. Entonces, lo recomiendan. Entonces lo que pasa con estos dos libros específicamente es que, bueno es el boca a boca, es gente que habla de la historia y que necesita que otro la comente y la lea.
APR: Pues sí, sí puedo creer que quienes te leyeron lo sintieron en el cuerpo porque es inevitable leer estos libros y no sentirlo en el cuerpo, ¿no? Algo que a mí me parece muy interesante y quisiera yo abordar antes de que entremos de lleno a los libros, es lo que está sucediendo en Argentina con las escritoras en general, con la escena literaria. Tú naces en la década de los setentas y a mí no me gusta usar la palabra generaciones porque es muy complicado, es muy arbitrario de usar generaciones en donde las empiezas y donde las terminas. Pero sin lugar a dudas te sumas a muchas escritoras que escriben desde la distopía, literatura fantástica, el horror…Cuéntanos, ¿cómo entras tú en esa conversación literaria? ¿Cuáles son tus inicios en Argentina en las letras?
AB: Yo creo que es algo un poco orgánico. No es que sólo pensé, “Bueno, quiero escribir y estar dentro de este grupo.” Porque fue algo que se fue dando y también es algo que dio caracterizando o poniendo en distintos lugares es lo que hace la crítica, la academia, los lectores, ¿no? Te van a escribiendo artículos sobre las mujeres latinoamericanas, pero es que hay una diferencia al Boom, por ejemplo, que es algo que también hicieron nombrar a este fenómeno que estaba sucediendo en Latinoamérica, no es que pusimos de acuerdo y tuvimos una agenda en común como era lo de Carmen Balcells. Sino que es algo que se fue dando en distintos países. Y creo que tiene que dar con muchas cosas. Es creo que bastante complejo y supongo que de acá a varios años, cuando se pueda tomar distancia se va a poder analizar mejor, pero creo que tiene que dar con primero, hay muchas personas que escriben muy bien, entre ellas muchas mujeres, y hay un público lector que hoy está más abierto a leer a mujeres que en otras épocas. Porque siempre hubo mujeres que contaron historias a través de la oralidad, a través de tejido, pero durante muchos siglos tenían que publicarlo con un pseudomino o las consideraban literatura menor o no las querían publicar. Y ahora se está dando esto que no es solo la públican, sino que además hay muchas escritoras que están ganando premios, que están siendo traducidas, que las leen en la academia, que hacen trabajos. Pero mis libros se dan en las escuelas, en Argentina y en distintos lados. Y yo he ido a hablar a más de cien escuelas. Entonces… de hecho, antes de venir a este viaje fui a hablar a la escuela número cien.
APR: Felicidades. ¿Y cómo reaccionan los chicos?
AB: Mira, los chicos la mayor parte leen Cadáver exquisito y ahora están empezando a escribirme porque están haciendo trabajos o cosas relacionadas con Las indignas. Muchas escuelas me dicen los profesores que alumnos que no leen nada terminan de leer antes de tiempo el libro. Hacen trabajos, ensayos, book trailers… cosas que me han leído, poemas o videos hablando de mi novela, me han recibido en escuelas caracterizados como los personajes. Pero bueno, pasan cosas hermosas. Entonces creo que esto tiene que dar, en el caso de Argentina específicamente, este fenómeno. Bueno, con eso de los lectores quieren leer cómo piensa la otra mitad del mundo que incluye de mujeres y minorías. Y eso tiene que ver con las distintas olas del feminismo que fueran, digamos, abriendo la cabeza y sacándonos un poco de esta matriz opresiva que continúa desde el patriarca. Pero también en Argentina específicamente hay un nivel cultural altísimo, hay una cantidad de eventos culturales impresionantes. Tenemos la educación pública, estudiar en la UBA, que es la universidad de Buenos Aires, que es pública y gratuita, hay muchísimos placeres literarios. Anda en la acera, vos podías ir a un evento cultural gratis en Argentina todos los días del año. Hoy esto se está recuperando. Mucha gente que trabaja por amor y hemos hablarte porque ama el arte. Te voy a dar un caso específico que para mí es hermoso. Nos invitaron a Pergamino a hablar a una escuela. Pergamino… estamos hablando que da a como seis horas en auto del lugar donde yo vivo de capital federal. O sea, tuve que ir, me quedé a dormir ahí me volví al día siguiente. Todo el evento lo organizó un director, un exdirector de una escuela con su mujer, que es la actual directora de una escuela, él puso plata de su jubilación para que todo esto se debe para pagarme el hotel, para pagarme los alimentos. Toda la comunidad aportó algo para que yo pudiera estar ahí y es algo que hacen todos los años simplemente porque aman la literatura. Se ha invitado a escritores como Martín Kohan y un montón más. Entonces, ahí hay un ejemplo concreto de lo que es la cultura en Argentina. Es gente que ama leer, que ama los libros y que, bueno, estos son capaces de poner plata de su jubilación para invitar a un escritor o una escritora ¿Me entiendes? Entonces todo eso traspasa nuestra escritura y hace que querrán hacer mejores escritoras, porque también la vara es altísima. Nuestros maestros y maestras son Cortázar, Borges, Juan José Saer, Silvina Ocampo, te dijo como es altísima la vara. Entonces, bueno esto, estamos empapados de literatura, eso te quiero decir.
APR: Qué belleza, qué cosa más emocionante acabas de contar. Y qué conmovedor, me hubiera encantodo haber visto las caras de los jóvenes de los niños en los colegios y hablar con este hombre que está poniendo dinero de su propia bolsa de su jubilación. Y me encanta ese tributo que les rinde, a nuestros padres literarios, madres, padres literarios, diciendo que alta es la vara y pues sí, así es. Creo que tienes toda la razón. Agustina, tu empiezas con la novela, pero después haces un cambio, el cuento, eso me parece muy interesante. Y en esta novela enseñas otro atributo de tu obra que por eso me gusta hacer esto en Hablemos, escrituras, que lo hagamos de esta manera tan panorámico. Porque también vamos viendo la evolución los cambios, la evolución, simplemente las muchas facetas que tiene un escritor o una escritora ¿no? Y acá muestras un gran sentido del humor agudo, incisivo e mordaz. Y déjame leer una parte en este libro que se llama, Matar a la niña, que además desde el título mismo y es provocativo, ¿no? Además, está publicado con Textos Intrusos en 2013. Y dices acá:
Convento del mar desierto de nuestros sagrados corazones del alma esclava en pena por el pecado original de las carmelitas descabezadas en penitencia perpetua.
Ese es el nombre del convento donde vive la niña Santa. Fascinante este libro kafkiano, burocrático, irónico, simpático, absurdo, tan absurdo como este nombre que acabo de leer. ¿Cómo es que se te ocurre esta idea de construir el cielo y de ironizar el infierno?
AB: Bueno, mira, Adriana, hace años que no regrese a este libro porque son de estas escribiendo, conocía que nunca la publiqué. Después pasé a cuento que me costó mucho esta transición y antes de escribir más de la niña, yo ya había escrito algunos cuentos que no estaban publicados, pero sí habían ganado algunos premios. Y inclusive libros de cuentos ganar los premios, pero nunca los publique. Y un día, mi maestra, que la conozco hace más de 30 años y dio trabajando los libros con ella, me dijo, “Tenés que escribir una novela, si no estás escribir una novela te vas a mi taller,” (se ríe) porque siempre me amenazaba con qué me iba echar del taller. Y entonces se me ocurrió Matar a la niña que me llevó casi dos años, porque en ese momento trabajabo en un estudio de diseño como secretaria para pagar las cuentas, trabajé veintidos años ahí. Además, estudiaba la carrera de artes, o sea, no tenía tiempo porque estaba todo el día trabajando o estudiando. Entonces la escribí a la noche en el trabajo, pues yo tenía un horario nocturno, cuando podía, cuando tenía un hueco y lo que me pasa con esa novela es que no la re-edité porque me parece una novela fallida. Me parece una novela que en su momento me causó gracia, o sea, las cosas que me causan gracia no me causan gracia. Creo que es una primera novela que estuvo muy bien escribirla, pero que tendría que dar quedado en un cajón. Y no reniego la novela porque gracias a esa novela yo dio el pasito. Pero si pudiese cambiar los hechos, que igual no tiene sentido, no importa, pero quizás no lo hubiese publicado. Eso me pasa con esa novela, pero creo que sí, que hay un camino entre la manera en la que yo escribía en esa época con Cadáver exquisito, pero en otras yo noto un gran salto. Inclusive a nivel estructural y técnico, con Cadáver exquisito, inclusive con Las indignas. Me parece mejor, que cada registro en muchos aspectos, pero bueno, me parece que es así que uno sigue aprendiendo constantemente, continuamente y hay inclusive cuando pensaste que sabes todo sobre la literatura, puedes escribir algo totalmente fallido porque cada libro es un desafío nuevo, ¿no? Bueno, eso me pasa con Matar a la niña.
APR: Qué interesante.
AB: Sí. Ah, y ahí también, sí se ve el germen de lo que para mí es el tema de la religión. Y de lo que creo que atraviesa toda mi obra, que es la obsesión de porque queremos a las cosas que queremos. ¿Por qué creemos que si nos vamos al cielo vamos va a estar mejor? ¿Por qué no pensamos que el cielo y el infierno están acá en la Tierra? ¿Por qué la rezamos a, no sé, a este santo o este dios, y no a otro? ¿Por qué denegar a un solo Dios? Bueno, todas esas preguntas que me hago notar en Matar a la niña creo que las he desarrollado de manera mucho más profunda y que funcionan en asímismo.
APR: Sí, sin lugar a dudas, Claro que sí. Se va a ser uno de tus grandes temas. Bueno, pues como cuentista te va muy bien. Has ganado bastantes premios, varios premios como cuentista, por ejemplo, tienes el premio en el 38º concurso latinoamericano de cuento Edmundo Valadés 2009 y premio municipal de la ciudad de Buenos Aires por cuento inédito. Ese fue antes, en el 2004 y 2005. Este libro que tienes después que se llama Antes del encuentro feroz, que además está publicado con Alción Editora, que es una editorial divina, que es la editorial de Alicia Kozameh, una escritora Argentina que respetamos mucho en el proyecto Hablemos, escritoras y bueno, ahí es muy interesante porque estás hablando también de la institución, de la iglesia, de la violencia del cuerpo y hablas también de los estereotipos, de esta consigna que tenemos, que tener ciertas funciones, ciertos roles ¿no? Cuéntanos un poco sobre este libro, Antes del encuentro feroz.
AB: Bueno, Antes del encuentro feroz se publicó en una edicion muy, muy hermosa, porque le ilustró una ilustradora mexicana. Es una edicion con unas ilustraciones preciosas, pero bueno, no se consiguió mucho éxito porque fuera unos poquitos ejemplares. Y ese libro, esos cuentos, los reedité en Alfaguara en el 2020 con el título de Diecinueve garras y un pájaro oscuro. Y bueno, sí son libros que no fueron pensados como un libro de cuentos, digamos, integral, orgánico, sino que son cuentos de escritos en distintas épocas. Pero creo que lo que atraviesa todos los cuentos es claramente la violencia. O sea, como todos los tipos de violencia que se me pueden ocurrir, que hay mil más, pero yo como las distintas aristas de la violencia de las micro y macro violencias. También algo que trabajo mucho, que en las novelas todavía no tengo tantas escritas como para que se vea, pero en los cuentos sí se ve es que cada historia me pide un registro diferente. Yo estoy como notando cosas con el registro, yo estoy diciendo cosas con la manera en la que cuento esas cosas. Ve un ejemplo concreto, hay un cuento que se llama “Infierno”, que son tres ancianas que tienen un pájaro en una jaula al que torturan, y el lenguaje es super barroco, muy… como con palabras sumamente difíciles. Yo quiero que el infierno está en el lenguaje, que el lector vaya que le cueste leerlo por la voluptuosidad de este lenguaje, por este barroquismo, por este exceso del lenguaje. Después tengo otro cuento que se llama “Las hijas”, que parece para una Argentino es un cuento que parece escrito originalmente en inglés y que después lo tradujeron al español con un español neutro. Un argentino nunca diría lavavajillas, diría lavaplatos, ¿no? Por un Argentino va a parecer muy artificial y eso es porque yo estoy hablando del artificio de los mandatos que atraviesa la protagonista. La protagonista que por ser mujer tiene que formar una familia y tener hijos, tener una pareja, etcétera. Entonces me interesa que el lector, a través del registro también encuentre claves de lectura o en el texto. Entonces, eso creo que se ve en Antes del encuentro feroz o Diecinueve garras y un pájaro oscuro. Y también, a diferencia de Cadáver exquisito y a diferencia de Las indignas, es un libro que hay muchos cuentos que están atravesados por el humor, que hay un humor, que hay ironía. Entonces, si bien toco temas muy tremendos, no es un libro tan pesado, que no te deja tan cargado espiritualmente.
APR: Claro, claro, bellísimo. Me encanta, me encanta la manera en la que estás diciendo, el infierno esté en el lenguaje. Pensé en José Lezama Lima y todo este barroquismo, también que tuvieron en una época de los vanguardistas, que era casi tortura al lector, ¿no? Pero no todos, obviamente. Bueno, pues tenemos que pasar antes de que vayas a tomar este avión que tienes que tomar, necesitamos hablar de estos dos libros, ¡que bueno! O sea, para empezar, Cadáver exquisito vean nada más el título de donde lo toma, ¿no? O sea, el cadáver exquisito es algo que para los que estamos en el mundo de las letras es fundamental para enseñar la literatura y hacer a los chicos que escriban. Entonces, es un guiño muy interesante el haber usado este título. Ganó el Premio Clarín y hace una transposición del consumo de la carne animal por la humana. Imagínense nada más. O sea, lo mismito que hacemos con las reses y con los cerdos y con los pollos y con las aves y los animales de caza, lo mismo pero con hombres. ¿Qué es lo que desata este libro tan grande, tan complicado? Y bueno, esta crítica tan fuerte a la industria del consumo masivo en general, ¿no?
AB: Bueno, al menos así, yo se lo dije a mi hermano, Gonzalo antes de la pandemia, en un restaurante cuando juntábamos a hablar y tomar vino y mi hermano es una persona muy curiosa, que… bueno todos mis hermanos son grandes lectores que la verdad se la pasa leyendo cosas que no le leería jamás porque tienen que ver más con ensayos o con temas específicos. Y él, en ese momento estaba leyendo sobre lo que es la alimentación consciente y como todo lo que comemos nos puede enfermar o nos puede curar y si tenemos una mala alimentación durante mucho tiempo eso va direccionando nuestra salud. Entonces, bueno, en todas mis investigaciones que hice después de esas charlas con Gonzalo, una de las decisiones que tomé entre muchas fue dejar de comer carne y ahí desnaturalizar el consumo de la carne. Y lo que pensé es nosotros somos animales, somos carne y podríamos estar colgados en una carnicería y que se legitime el canibalismo. Y entonces ahí tuve el germen de la idea, pero no tenía la historia de Marcos, el protagonista. Entonces investigué durante seis meses antes de escribir la primera palabra sobre derechos de los animales y humanos, sobre, bueno, canibalismo. ¿Y que simboliza el canibalismo? Porque a lo largo de la historia de la humanidad hubo tribus caníbales, imperios caníbales. También investigué sobre cómo funcionan los frigoríficos. Entonces por eso investigué sin cesar sobre eso y me luego puse a escribir. Ahora, quiero hablar de algunas cosas. No escribió el libro queriendo convertir carnívoros en vegetarianos. No soy fanática, nunca lo fui y de hecho siempre dije que hay personas que no pueden ser veganas ni vegetarianas y que hay momentos en la vida que te obligan a cambiar la alimentacion. Y de hecho, a mí me pasó, este año me pasó… bueno, esto también me interesa decirlo y para sea leído en todas las entrevistas y en las presentaciones porque es un tema del que no se habla, ya tengo cincuenta años y estoy entrando en lo que es la perimenopausia, o sea, lo anterior a la menopausia. Hay mujeres que tienen calores, que son bastante conocidos, hay mujeres que no les pasa nada y hay otras, como en mi caso que yo tengo hemorragias que me duelen. La última duró dos meses.
APR: No… Qué barbaridad.
AB: Sí, sí. Las hemorragias… no me voy a contar detalles, pero sí que no pude salir de mi casa.
APR: Qué barbaridad.
AB: Sí, entonces tengo una anemia tremenda. Y para resumirlo también, porque es muy largo, decidimos con mi clínica, con mi nutricionista, a empezar con algunos suplementos y después sí comer carne porque no es lo mismo un suplemento y los suplementos me caigan mal… pero esta es lo que me está pasando ahora mismo. Ojalá que la anemia no me dure siempre y pueda volver a hacer vegetariana, no sé si eso va a suceder, pero yo lo escribí por todas estas reflexiones que me generó siendo vegetariana. Pero bueno yo tampoco juzgo pero es que si vos lees el libro, despues no te comes un asado (se ríe). Pero no estoy juzgando, porque aparte mi marido come carne siempre y bueno, pero sí me interesa que los libros generen reflexión, ¿no?
APR: Claro.
AB: Y si a vos lo lees y si dices que es bueno, pero a ver de dónde surge las ganas de comer lo que como… porque algo que se perdió, que creo que es algo muy importante es la conexión con la naturaleza. Y hay tribus que hacían rituales, que hacen ayunos antes de cazar la comida, digamos, antes de cazar los animales. Y agradecían eso y no había una depredación, un obstructivismo, una destrucción como está pasando ahora. Valorían cada escisión y corte con ese animal que lo sacrificaron para que vos pudieras comer. Es diferente por eso si vos sos consciente de dónde vienen las cosas y agradeces y equilibradas, y por ahí comemos menos carne o por ahí la como por la comprarse un productor. Bueno, digo eso como pensar, reflexionar desde qué lugar podés vos generar un impacto positivo en definitiva.
APR: Pues qué buena reflexión. Y bueno, lamento mucho lo que pasas y ojalá que pronto lo pueda superar y que ya entres y seas bienvenida a nuestro equipo de las menopaúsicas. Así que ya llega la época del placer. Ya. Nada de problemas (se ríe). Bueno, pues está llegando a Estados Unidos de una manera fabulosa y va a llegar a muchísimos más este libro, Las indignas. Que todo todo es tan apocalíptico, tan jerarquía, el poder, lo corporal, la mutilación, el castigo, pero todo está sucediendo, además, en este mundo que son mujeres, ¿no? Hay un hombre… ¿hay un hombre, o son dos hombres? Creo, que uno nada más, ¿no?
AB: Uno, nada más.
APR: Uno, nada más.
AB: Pero hay un niño, pero bueno, hombres ahí como personajes hay uno.
APR: Un adulto exactamente. Fíjate, mucha gente que te ha leído y y también estuve leyendo un poco y obviamente escuchando y viendo que se ha hecho sobre el libro, hace mucho la referencia a Margaret Atwood y por supuesto, The Handmaid’s Tale, está ahí una voz. Pero yo que vengo de la formación del siglo diecinueve y que hice mucho trabajo de archivo durante la maestría y el doctorado, pienso muchísimo la vida conventual del siglo XVI. Pensé en eso como esa referencia, pensé Juana Inés de la Cruz, por ejemplo...
AB: Ay, no sabes qué increíble que me digas esto porque un libro que fue fundamental para escribir este libro... Ya lo había terminado el libro, el primer borrador se lo di a mi agente, y me dijo, “Agustina tenéis que leer el libro, El demonio del convento [Los demonios en el convento], creo que es de Fernando Benítez, un autor mexicano, que habla de la vida de Sor Juana Inés de la Cruz. Y yo no lo conseguía porque en Buenos Aires no se conseguía hasta que lo conseguí usado y me lo leí y fue… es que, ¡guau! Saqué de ahí… me sirvió para algunos detalles porque yo había terminado el libro, pero sí, tiene mucho que ver con ese imaginario, ¿no? Con imaginario del convento, con Sor Juana Inés de la Cruz, sí.
APR: Me encanta, me encanta que buena coincidencia, que lo pensamos así. Y bueno, cuéntanos porque el libro, además de toda la historia, que es fabulosa, y la intriga que se va gestando ahí adentro de los cuatro paredes no cerrados, estás jugando mucho con el lenguaje, con los signos, con los símbolos. Por ejemplo, este párrafo que te mandé en el dossier que me llamó mucho la atención, no sé si lo podemos leer rápidamente:
No quise matarla, matarla está tachado. Quiero matarla, quiero atarla, quiero golpearla, quiero destruirla. Quiero romperla, quiero lamerla, quiero desnudarla. Quiero torturarla, quiero matarla, matarla, matarla. Quiero.
Cuéntanos acerca de este rasgo tan interesante desde lo gráfico. Y desde tu cuestión retórica, que también tiene muchísimo, muchísimo de barroco y decimonónico.
AB: El tema de Las indignas me parece que sí, que es un libro que claramente dialogue con El cuento de la criada. Cuando lo estaba escribiendo pensaba eso y decía, bueno, es un poco inevitable, porque ya tomó uno de los temas universales, esta pregunta de que es la religión. Y bueno si quieres escribir con eso, es un poco inevitable que tu libro dialogue, que me aparece igual positivo que dialogue con Atwood [autora de El cuento de la criada]. Pero sí, me tomé el trabajo de que habían cosas que me recordaba mucho a Atwood. Por ejemplo, un personaje, yo le hacían un castigo que no voy a decir cuál es, y yo primero pensé que te lo podían hacer en un ojo, y al final se le va a hacer en otra parte del cuerpo, que no voy a decir cuál es. Y me acordé que en la serie, porque aparte no solo está el libro está la serie de El Cuento de la criada, entonces es como que habría que acordarse de muchos detalles. Bueno, me acordaba de un personaje de El Cuento de la criada le pasa algo en el ojo, y dije, “Bueno, esto lo voy a cambiar.” Y después, es un libro que para mí es importante porque tiene que dar conmigo y personal, porque yo fui a un colegio de monjas alemanas. Entonces, toda esa opresión que se lee en el libro, toda esa doble moral, todo esa hipocresía, toda esa falta de serenidad, la viví en carne propia, ¿no? Entonces yo quería además… entonces algo que surge cuando pienso una idea… para mí es más importante como voy a contar ese historial que la historia en sí.
APR: Claro.
AB: Porque en el como la vas a contar, voy a arruinar el libro o puede hacer que el libro funcione. Entonces este libro no hubiese sido igual si lo narraba con un narrador en tercera omnisciente, con un narrador múltiples, bueno, cada decisión que tomas cambia completamente el libro. Para mí era importante narrar todo el horror, a diferencia de Cadáver exquisito que lo narró con un registro totalmente quirúrgico y despojado, acá lo quería narrar con la belleza de las palabras. Y bueno, trabajé mucho con recursos poéticos porque leo mucha poesía, porque me parece fundamental para cualquier persona que escriba, debería leer poesía.
APR: Claro.
AB: Y también con mucha simbología con el dibujo del texto. O sea, estas palabras que vos leíste, sí tienen que dar no solo con la represión que se autoimpone la protagonista que escribe, sino que también podrías hacer un paralelismo con estos cuerpos reprimidos que los reprimen, que los mutilan, ¿no? O como estas palabras interrumpidas son como los cuerpos mutilados. Entonces, estoy todo el tiempo haciendo un comentario también con el dibujo del texto. Y, no sé si yo te diste cuenta que toda la primera parte de la historia está llena de palabras tachadas, palabras destacadas, está llena de paréntesis y después pasa algo y eso desaparece.
APR: Sí, sí cierto. Hoy ahorita lo voy a voy a arreglar esa parte porque obviamente leí todo el libro, pero tengo que ver qué es lo que sucede que eso desaparece. Ahí hay una clave, ahí tienes como que muchas claves ahí escondidas también, ¿no?
AB: Bueno, es que a mí me interesa el el lector activo, el lector que por ahí una primera lectura no te das cuenta de un montón de cosas, porque a mí que tengo mucha experiencia leyendo de manera activa, porque en mis talleres de lectura que doy cada tanto, y es encontrar indicios, ¿no? En una primera lectura puedes encontrar como algunos y en una segunda lectura se encunetra muchos más y en una tercera ni hablar. Y eso con textos que te lo permiten hacer, no todos te lo permiten. Claro, eso pasa mucho con los clásicos, si vos lees el Quijote o lees Crimen y castigo o Mrs. Dalloway, o sea, los puedes leer y releer y releer y vas a seguir encontrando cosas.
APR: Claro.
AB: Entonces el libro, por ejemplo, Las indignas tienen muchos círculos…
APR: Sí.
AB: ¿…pero que están simbolizando esos círculos? ¿Qué simbolizan todos los insectos? ¿Qué simbolizan todas estas imágenes que yo pongo relacionadas con el catolicismo?
APR: Sí, sí. Nos dejas tareas (se ríe).
AB: Claro, porque el libro es corto, porque sería inverosímil que fuese largo, porque ella está escribiendo en un clandestino. Entonces, no puedo escribir un libro de 600 páginas porque no tiene papel, porque no tiene tinta y porque, ¿cómo lo esconde? Entonces es corto y yo trabajo con lo que se hace en los cuentos que es trabajar con la economía de recursos. Trataba de decir mucho con poco, con una imagen, con un trazado, con un detalle decir mucho. Pero para eso se requiere que el lector vaya completando el sentido.
APR: Me encanta esa escritura porque a mí me gusta estar encontrando pistas. Fíjate que ahorita que estabas hablando estaba pensando en este libro que te mencioné, este libro de Fernanda García Lao que bueno, obviamente ella se está yendo por otro lado, pero tiene relacionando con Cadáver exquisito y Nación vacuna también está regresando al cuerpo y quería yo mencionarlo porque es interesante manejar esa idea, esa figura de lo que el matadero, de que es el espacio para sacrificar, ¿no? Ahorita antes de que terminemos esta conversación quería mencionarlo. Bueno, pues ya son los últimos minutos y me gustaría muchísimo que nos cuente sobre qué es esto, Siga al conejo blanco, otro nombre fabuloso, ¿no? Y termina, por favor, comentándonos en qué estás trabajando ahora, ¿que va a venir después?
AB: Bueno, sí El Conejo Blanco es un ciclo de artes que inauguramos y curamos con Pamela Terlizzi Prina que es muy gracioso porque antes de hablar con vos me hicimos un mensaje de Pamela para armar una fecha de El conejo. Ahora que lo hicimos desde 2015 al 2020, con la pandemia lo tuvimos que suspender, y invitamos una vez por mes a cinco escritores y escritoras y artistas. Y hemos invitado a un montón de gente, gente muy conocida y hay gente que nunca había publicado nada, poetas, ensayistas , narradores. Y está todo en YouTube, o sea, si ustedes ponen El Conejo Blanco Agustina Bazterrica o Pamela Terlizzi van a aparecer un montón de videos con lecturas de Claudia Piñeiro, Samanta Schweblin, Martín Kohan, Guillermo Martínez, hay más de 100 vídeos. Y lo suspendimos con la pandemia, y el año pasado, o este año no me acuerdo, al principio de este año hicimos una fecha especial en la Biblioteca Nacional y ahora estamos hablando con Pamela una fecha para hacerlo en diciembre. Teníamos un lugar, y bueno va como que ahora armamos fechas así catando porque yo viajo mucho y requiere mucha organización un ciclo así.
APR: Claro.
AB: Pero a mi ese siglo fue hermoso usarlo porque me hice un montón de amigos y leí un montón de gente que de otra manera no hubiese leído, los conocí gracias a los ciclos porque me regalaron sus libros, porque los compré, porque los escuché y dije, “Ay, qué bueno, quiero seguir leyendo todo lo que escriba a esta persona.” Y sin duda, mi literatura también está atravesada por toda esa gente que leí, ¿no? Y que sigue leyendo.
APR: Qué belleza, qué maravilla. Bueno, de verdad que se organizan y estas cosas van y van a creciendo y se van haciendo cada vez más imprescindibles como una parte de la cultura, ¿no? Maravilloso. Y bueno, Agustina, la última pregunta, ¿qué viene ahora?
AB: Bueno, mira para abrir este año empecé a releer La Divina Comedia porque yo quería escribir una novela que transcurra en el Palacio Barola, que es un edificio en Buenos Aires que está inspirado en La Divina Comedia, uno puede hacer visitas guiadas. Entonces implicaba releer toda La Divina Comedia, estudiarla, pero en el medio de ese proceso se me ocurrió otra distopía, (se ríe). Entonces, ahora estoy investigando para esta nueva distopía y es probablemente lo que escriba, pero no puedo contar mucho porque todavía no sé si a suceder, pero estoy en eso.
APR: Qué increíble. Pues vamos a estar muy curiosos, ya nos dejaste muy curiosos y además nos dejaste tarea. Qué maravilla de conversación Agustina, como le voy a agradecer a Penguin que nos haya acercado a Julieta y a Mónica, que dio seguimiento a este encuentro y qué suerte que te fue también en Miami, que pudiste ahí presentar el libro y hablar acá en Estados Unidos sobre tu obra, eso es maravilloso. Muchísimas gracias Agustina por sumarte a Hablemos, escritoras y bueno, este micrófono está abierto para todos tus siguientes libros.
AB: Muchas gracias a vos, Adriana. Te mando un abrazo enorme a ti y a todos los lectores
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APR: Pues si queremos leer algo que nos deje completamente intrigados, que se sienta en el cuerpo esa sensación lo que está sucediendo o en un convento o en el mundo en general, pues tenemos que leer a Agustina Bazterrica. Qué maravilla de conversación, estoy tan contenta de que haya venido este micrófono. Muchísimas gracias otra vez a Penguin por hacer posible este encuentro. Y muchísimas gracias a todos ustedes por seguirme, por hacer crecer esto cada día más. Estamos rompiendo todas las fronteras. No dejen de seguirnos en las redes. Suscríbanse a nuestro Newsletter para que sepan qué es lo que viene. Recuerden que cada fin de mes o principio de mes viene programa de mes siguiente. No olviden que nos pueden escuchar en cualquier lugar. Pero en nuestra enciclopedia pueden entrar a la página web y jugar con todas las palabras clave y las keywords que tenemos ahí para que ustedes mismos puedan diseñar su lista de lectura, el curso que estén dando, sus compras, el evento que quieran organizar o simplemente recrearse en este gran talento de tantas tantas escritoras. Gracias a nuestro equipo maravilloso detras bambalinas. Gracias a Cristian Josephy y por hacer toda la edición de estos podcast increíbles. A Fernando Macías por toda la ingeniería de audio. Gracias a Brenda Ortiz y Andrea Macías por todo lo que hay en imagen, en diseño, en marketing, en proyectos especiales y por supuesto, gracias a todos nuestros colaboradores que son maravillosos y a nuestro equipo de traductores. Nosotros somos Hablemos, escritoras y estamos dedicados a hablar, a reconocer, a recomendar y extender todavía más el conocimiento sobre escritoras contemporáneas y de todos los tiempos. Yo soy Adriana Pacheco y ha sido un placer.