«98 segundos sin sombra es tan magnífica que agarra por el pescuezo y los ojos a los lectores con la voz inolvidablemente desaforada, casi salvaje, de Genoveva Bravo Genovés, una adolescente de un pueblo del oriente boliviano llamado Therox –definido como “el Culo del Mundo” por la propia protagonista–, radicalmente alterado por la irrupción del neoliberalismo y el narcotráfico en los años 80. Genoveva, que estudia en un colegio de monjas, tiene un padre trotskista al que odia, una madre abnegada a la que no comprende, un hermano con síndrome de Down, una amiga anoréxica y una abuela esotérica al borde de la muerte. Con este cuadro de situación es comprensible que aborrezca con toda la fuerza de sus “pensamientos asesinos” el mundo que le toca vivir. Por eso escribe un diario bajo el huracán de fantasías y temores que la asedian». — Silvina Friera