¿Desde qué remoto lugar, con qué lengua extraña es posible fijar el instante de la sorpresa? ¿Hay espacios en el mundo o fuera de él que toleren alguna de las raras manifestaciones del recuerdo o la locura? Delitos menores afronta la desmesura de lo que pasa y lo transforma en un material inabarcable.
En el cruce apenas sugerido y su destello, surge la poesía de Eleonora Finkelstein con una precisión y una densidad inusuales, tanto que semeja en algún punto el susurro demoledor capaz de invertir el sentido del mundo y de sus experiencias cotidianas.