"Prosigue así esta autora su propia senda iniciada con Overbooking en el paraíso (2016) con abundancia de imágenes y visiones, de metáforas y de prosopopeyas, en feliz encuentro particular de barroquismo, expresionismo y surrealismo irracionalmente visionarios. Pero sorprende ahora el filosófico y ético universo mental al que remite, así como el posromántico argumento que describe y reescribe. Y al igual que Borges demostró narrativamente que cualquier cosa es todas las cosas, como el zahir o el aleph, Josefina Aguilar muestra poéticamente en AGNI INGA GANI que cualquier sentimiento o que cualquier persona puede ser todos los sentimientos y todas las personas. En el último verso la voz azul se impregna del color dominante en todo el libro, que parece estar escrito con la tinta de la duda que se disuelve en el cielo. En la llama me llamo de matrices, concluye el sujeto lírico final, tras su iniciática ascensión espiritual, al límite de la germinal trascendencia, tras atravesar precisamente la llama azul: No reposo en lo que asciende. Tampoco lo hará quien se aventure a leer AGNI INGA GANI de Josefina Aguilar". —Claudio Rodríguez Fer.