Anatomía del nudo

Resulta dudoso hablar de una sola tradición o linaje en la poesía de Rocío Cerón, mientras que sí es posible y pertinente referirse a afinidades y paralelismos con manifestaciones en otras ramas del quehacer artístico. Lo que los une en todo caso es la visión y el entendimiento del ejercicio poético-creativo no como algo estático sino dúctil, maleable, expandible a nuevos medios y formas de pensar la composición y la sintaxis, algo que busca -y encuentra- expresiones diferentes para la poesía. Cerón se enmarca, no sólo dentro de una línea de "escritores", sino de autores y artistas versátiles que celebran y cultivan la diversidad del hecho literario, desde tradiciones asumidas de una forma ecléctica y múltiple. Encasillar su poesía es pretender domesticar y enclaustrar vanamente ese lenguaje -su materia prima- que se ejerce desde la libertad de elección. Se trata de un lenguaje que demanda fluir con y en sus variadas expresiones, un dejarse llevar por su poética atrevida, y aprender a cruzar indiscriminadamente -aunque no sin el debido cuidado ni responsabilidad- el territorio que son capaces de abarcar las "transcreaciones" y las "acciones poéticas". Una obra con estas características plantea el reto de re-aprender a leer y situar una esencia poética cuya vocación natural es intermedial, situada siempre en el umbral de la potencial transformación, de un constante desplazamiento.