Capuchita Negra es un poemario que mientras mira hacia atrás indagando la memoria y el pasado, logra a la vez capturar el vértigo de la contingencia. Se trata de un conjunto de poemas que pueden ser leídos bajo el mismo arco de una novela que narra el proceso de crecimiento de una niña. El sentido de los poemas, la dirección a la que se dirigen, es múltiple, como también son los tiempos que habita. El país que explora el libro está cruzado por el temor y por la lucha. Alejandra del Río enfrenta las grietas de una historia heroica de resistencia a la dictadura y permite que surjan lobos, perros, gigantes y que el hogar se evalúe con las contradicciones de una casa de seguridad. Hay una voz que guía otras voces; instrucciones desde el presente dirigidas hacia esa niña en el pasado, que terminan por anticipar acontecimientos actuales sin abandonar ese pasado. En los poemas se abren umbrales de crecimiento que van desde lo femenino hasta la formación artística,
“Deja la puerta abierta a la fragilidad/ déjala para que entre la niña/ y su cuaderno ilumine/el rincón oscuro.” Por momentos ese rincón podría ser un silencio que la poesía busca disolver o poner en movimiento. Hay una búsqueda de las palabras que desanuden la mordaza de la memoria, que enfrenten el miedo y la voracidad de la violencia. Capuchita Negra es el anverso de una historia segura de su propósito y su gesta, es la voz que enfrenta bestias interiores, que asume la fragilidad propia y del colectivo para asentarse en “una casa/ construida sobre un cadáver” y transformarla de a un verso a la vez.