Marcela Rivera (1975) arroja una pregunta a un abismo: ¿podemos pensar sin imágenes?. Michel de Montaigne inauguró el género de ensayo; la forma escrita de un pensamiento que explora un objeto. Rivera muestra el lugar de donde provienen las palabras que hacen nuestros pensamientos. De repente surgen, se traman y dicen. Una imagen. Al fondo, una imagen. Las palabras ensayadas provenientes de un pensamiento responden «por lo que despunta en esas figuras que, tanto desde la filosofía como desde la literatura, nos ofrecen una experiencia del pensamiento» (Rivera, 2020, p. 13). De pronto y más precisamente, captan lo que designan en un esfuerzo de alcance, más bien en arrojo. O tal vez ambas cosas.