Aunque frágiles ante la crueldad humana, los personajes encuentran una mano extendida con la promesa de ser un refugio para el otro. En Tokio, 1971, el maestro Yoshikawa se desangra en el piso de su mansión. En Vladivostok, 1938, Ekaterina Nikolaeva, acusada de traición contra la patria, espera su juicio y condena. También en Vladivostok, pero en 2019, Takumi recibe una llamada de emergencia desde su país natal: su hermana fue encontrada casi muerta en una barranca del Estado de México y él decide volver a casa. Tres vidas entrelazadas por un libro que viaja a través de los años y la desazón que cruza por cada uno de los personajes, pero que es, al fin y al cabo, varias historias de amor. La banalidad de los hombres crueles es una conmovedora novela sobre la inminente soledad que viven los personajes ante sus tragedias; tan vulnerables ellos como las personas que aman. Pérdida y melancolía son la bruma en la que se internan y la única posibilidad de una catarsis reveladora.