Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera, es el contundente inicio de la novela Ana Karenina. Lo que Tolstói nos está diciendo con este arranque de novela es que las historias de las familias felices son terriblemente aburridas. Lo que, también, Tolstói nos está diciendo, es que no hay familia feliz, porque cada familia tiene una historia sumamente interesante. Así, Alicia Garza Martínez se dio a la tarea de partir de la historia de su propia familia para dejarla atrás y construir su propia ficción, una en la que la magia sucede. Este es un gran ejercicio de honestidad, en el que vemos de manera íntima la vida de varias mujeres educadas en el siglo pasado y en una sociedad conservadora. Sin embargo, cada una de ellas, va encontrando su camino y tomando su lugar en el mundo. Desde uniones y desengaños, hasta entrevistas con el más allá; desde reuniones de ensueño, hasta la pérdida de la belleza... esta novela es un diario de secretos revelados que seguirán siendo secretos. ¿Por qué? Porque la autora ha utilizado toda su habilidad para envolvernos con una historia que podría ser ficción, o con una ficción que podría ser realidad. Aquí no sabrá dónde termina una y comienza la otra. Y a eso, queridos lectores, se le llama literatura.