El cardo en el lomo del rinoceronte contiene los poemarios “Instantáneas”, “La barca de la pena” y el que da título al volumen. Alicia Acosta nos entrega un discurso sucinto que lleva a su máxima expresión la tensión de la palabra. Los poemas ponen de relieve ese imaginario en cada verso escueto, pero al mismo tiempo, iluminado. Su visión se nutre de pocos elementos y, sin embargo, moviliza aquello que subyace, esa desesperada y a la vez esperanzada búsqueda, que la poeta nos confía. Alicia Acosta convoca cada una de las palabras para habitar ese desierto cotidiano de lo mínimo que para ella conlleva soledad, pena, levedad. Inscripta en una tradición literaria que proviene de Juan L. y continúa en Beatriz Vallejos, Acosta nos deja estas iluminaciones de una sobriedad extrema.