Lorenza y Mateo llegan a Buenos Aires en busca de Ramón, el antiguo amante de Lorenza y padre de Mateo, de quien ella se enamoró durante la «guerra sucia» argentina, cuando los dos eran apasionados militantes que se oponían a la dictadura de Videla. Madre e hijo forman una pareja curiosa y volátil, cuyas batallas a veces hilarantes están acentuadas por la absoluta falta de comprensión mutua, y amenazan con pasar de la cercanía inevitable y el humor inesperado al caos destructor.