Mami está enferma

Itzel Guevara se inclina por las atmósferas cerradas, sin embargo sus orillas permiten la lector descubrir atisbos de la Xalapa actual. Cobijadas por un rutinario encierro físico o sometidas por una circunstancia impuesta, los personajes, predominantemente femeninos, cohabitan o escapan de un entorno sofocante y ominoso, el cual habrán de resquebrajar mediante una decisión tan terminante como extrema.

La violencia trasuda sus efectos pese a integrarse dentro de una circunstancia domesticada en apariencia por la rutina y los actos cotidianos. En este contexto, que por repetitivo se vuelve ominoso, la confrontación del personaje femenino (ya sea en su condición de niña, mujer o madre) con sus antagonistas, refleja las características de esa lucha a veces inadvertida, pero siempre asfixiante y perversa, que tiene lugar en el santificado territorio del hogar. En los cuentos de Mami está enferma, resuenan los ecos de esa perpetua tragicomedia construida sobre los vínculos familiares y signada por la irredenta soledad de sus habitantes.