A principios de los noventas, mi hermana ganó una beca se fue a estudiar a la Universidad de Londres. Ahí conoció a quien más tarde sería su esposo. Con él se fue a vivir a Turquía. Por él se cambió el nombre y se convirtió al Islam. Mi hermana, que creció oyendo a los Bee Gees, a América, a Donna Summer, adoptó una vida que en México sólo conocíamos a través de películas. Perdí a mi hermana cuando yo tenía doce años, pasé largo tiempo extrañándola y, después, preguntándome quién era. La suya es una historia que bien pudo haber ocurrido en cualquier ciudad en cualquier otro tiempo. He tenido que escribir de ella para entenderlo. Inicié escribiendo su historia, pero supongo que terminé escribiendo la mía. Yo soy, como dice Cristina Peri-Rossi, la que vivió para contarlo. (Prólogo)