Lugares rotos de Janeth Toledo es un libro que se despliega en varios sustratos. Uno en el que el cuerpo humano forma parte de un continuo con lo natural y se dibuja en su potencia clorofílica, en la frágil belleza de su devenir hoja o pétalo. Otro sería el de la fuerza del amor que se acentúa con el paso de los años, el de la serenidad con la que los amantes se disponen a la contemplación mutua y a la cabal atención hacia todo lo que los rodea. También está el plano en el que la yo poética sufre con los dolientes: ella se para al lado de quienes más padecen en el mundo y las formas de la injusticia la estremecen. Finalmente, aquel de la metaescritura, en el que el poema se revela como el río que fluye y en cuya superficie se refleja el cielo “que se abre / sobre la calma”. La imagen de la ruptura en este libro es la condición sine qua non a partir de la cual surge la vida y en donde los cuerpos aprenden a respirar. María Auxiliadora Balladares