En un entorno de naturaleza agreste y de relaciones salvajes, la protagonista de Sanguínea entra y sale de cavernas y de cuerpos, de espacios fantasmales habitados o deshabitados, de vínculos atravesados por la pérdida, la negación del futuro y la desesperanza. Sanguínea es el registro de su flujo de conciencia y de una crisis íntima: la historia de una mujer que se desliza sobre unos patines por caminos abruptos y trata de enfrentar una deriva amorosa, una inesperada e imposible maternidad y el más doloroso de los desprendimientos. Pero Sanguínea es también una novela de resistencia. De resistencia del cuerpo y contra el cuerpo. Una novela de revelaciones turbadoras. Una novela que grita.
“Sanguínea, de la ecuatoriana Gabriela Ponce, es una joya escarlata por la radicalidad de sus personajes, capaces de apostar cada partícula del cuerpo y cada verdad atesorada a esa utopía revolucionaria que es la autenticidad del ser sin caer en la tentación del nihilismo.” —Giovana Rivero, Yerba mala cartonera.