San Diego es una ciudad hermosa. Lo es por su agua que la rodea, por la frescura de su viento, por las calles llenas de palmeras, por su situación fronteriza. Ir a visítala cuando hay la posibilidad de conversar con maravillosas escritoras, conocer exquisitas librerías y sentarse a la mesa con personas que han hecho una vida difundiendo la literatura, la pone en un lugar todavía más especial.
Hoy, al escribir esta reseña sobre la “Cuarta parada del Tour las cuatro esquinas” en la ciudad de San Diego, pienso en que no estamos solos en los esfuerzos por hacer visible la literatura en español en este país de los Estados Unidos. Recuerdo, que cada uno de los protagonistas de la escena literaria estamos de una u otra forma hermanados en el esfuerzo y que colaboramos con el mismo deseo: atravesar muchas más fronteras.
Y fue así que en este mes de mayo y gracias al Consulado de México en esa ciudad, al Embajador Carlos González Gutiérrez y su esposa Alina Flores, dos incansables aliados de Hablemos, escritoras, junto con el escritor y diplomático Gaspar Orozco y de Wendy Plascencia, tuve la oportunidad de sentarme al lado de las académicas Ilana Luna de Arizona State University y Amanda Petersen Decana en la University of San Diego, para planear este gran viaje. Todo ellos abrieron puertas a las que no me imaginé pudiera nuestro proyecto llegar.
Fueron meses de preparación hasta que al fin llegó el momento de viajar con la maleta cargada de libros a nuestra primera parada: la bellísima University of San Diego, que me dejó maravillada con su campus y sus iglesias al ser una universidad católica. Ahí, generosamente Amanda Petersen nos permitió hacer tres entrevistas en vivo: a ella, a Ilana y a la escritora mexicalensce Elma Correa. Verlas en persona fue como saludar a tres amigas de mucho tiempo, en ese sentimiento que nos hermana a las que nos refugiamos en los libros y la escritura. Con Elma —quien llegó cargada de sus libros Que parezca un accidente (Nitropress) y Mentiras que no te conté (UdeG), Premio Nacional de Cuento Juan José Arreola 2021— no pude menos que sentir un gran agradecimiento pues viajó desde Mexicali hasta Tijuana y de ahí el pasó la frontera en donde nos contó tuvo un momento nada agradable. En verdad, que su sonrisa a toda prueba nos mostró su fortaleza, su calidad como persona y su gran generosidad.
La segunda parada fue una bellísima tertulia que se organizó en la librería Libélula Books&Co, donde conocimos a Jesi Gutierrez y Celi Hernandez, dos incansables espíritus de un lugar que está en boca de todos en la ciudad, como después lo pude constatar cuando visité varias librerías en la ciudad. Todos invariablemente me dijeron algo bueno de la Libélula. Y es que es un hecho que las librerías indi me parecen de lo más fascinantes pues se convierten en todo, en espacios de comunidad, en lugares de refugio, en galerías de arte y hasta en hogares de gatos, como Billi Books, quien con acompañó también ese día.
Quedé encantada con la conversación que tuvimos sobre los retos que es llevar la literatura en español a esa región del país y en donde nos acompañó Sarah Buck Kachaluba de la biblioteca de University of California San Diego, quien nos recordó la importancia de las bibliotecarias y el gran papel que juegan en el proceso de difusión. Conocí a la periodista Yolanda Morales del San Diego Union Tribune quien llegó acalorada y de prisa después de cubrir una nota en la frontera. Fue muy emotivo escuchar de viva voz a una de las muchas personas que están tan involucradas con la situación fronteriza y los campamentos migrantes, especialmente ahora que llega la tan temida terminación del Title 42. Qué increíble la valentía y el compromiso de las y los periodistas en esa zona. Agradecemos mucho a Alexandra Mendoza la nota que salió en ese diario con motivo de nuestra visita.
Ahí también pude abrazar a tres escritoras tijuanences que también hicieron el esfuerzo de venir desde el otro lado de la frontera: Marlon PV, a Montserrat Rodríguez Ruelas y Melissa Sánchez Castillo. Su conversación, trabajo y obra son ejemplos del talento y sentido de compromiso y comunidad que hay en esa ciudad transfronteriza tan única. Me encant`ó abrazarlas en persona y darles las gracias por su apoyo para el proyecto. Acá en mi escritorio tengo de ellas Aunque es de noche de Montserrat, Escarabajo de Melisa y un sticker "Mi casa es punk" de Marlon. Desde Los Ángeles, llegó también otra entrañable invitada: la escritora argentina Alicia Kozameh, poeta y un gran ejemplo de lo que es una vida dedicada a la escritura. Con ella tuvimos la oportunidad de extender la conversación a esos otros espacios del largo estado de California y del largo continente que es América. Qué dicha haberla tenido con nosotros. Sorpresa enorme fue ver llegar al evento a otra persona vistiendo la playera, T-shirt, remera o con los miles de nombres que tiene esta prenda de vestir de las escritoras de Hablemos, escritoras. Mi agradecimiento para Alexa von Wobeser quien fue la perfecta voz para saber más sobre los clubes de libros y sobre una comunidad de lectores que quiere saber aún más de lo que está sucediendo hoy en la literatura.
El día siguió en un edificio maravilloso, la Coronado Library donde nos recibieron Beth Skelly y Shaun Briley. Me emocionan tanto estos espacios de las bibliotecas públicas, con sus hermosos rincones, sus anuncios a la comunidad y su gente siempre dispuesta a ayudar. Ahí, la primera gran sorpresa fue abrazar a Alina Flores, quien en su camino como esposa de un Embajador y un Cónsul Carlos González ha dejado marca en donde quiera que ha ido, siempre buscando la manera de ayudar en la difusión de la lectura y la educación. Muchas ciudades de los Estados Unidos se han beneficiado con ese trabajo silencioso, pero tan importante que ha hecho Alina a lo largo del tiempo.
El panel ahí tuvo dos momentos. Primero fue la conversación con los panelistas, personas con tan distintos contextos y visiones. Compartimos la mesa con Gaspar Orozco quien como escritor y un gran promotor de la literatura se sumó al panel para hablar de qué es la literatura en la frontera o será mejor decir en las muchas fronteras que habitamos los que vivimos en este país. Tanto él como Ilana compartieron sobre su colaboración con una de las ferias del libro en español más importantes de los Estados Unidos, LEELA y los muchos cambios que se vienen en ella. Invaluables las participaciones de Ilana y de Amanda con sus visiones desde la academia, la edición y la traducción, así como las de Alicia Kozameh y Elma Correa con su deliciosa experiencia como escritoras y talleristas que han visto tantos cambios en los alumnos y los lectores en las formas de acercarse a los libros.
La segunda parte de esta maravillosa tertulia, que me hizo pensar en esas noches bohemias que tanto me gustaban cuando era estudiante, fue la lectura de poesías de Marlon, Montserrat, Melisa, Elma y Alicia. Combinar lectura y conversación enriqueció mucho el diálogo sobre los temas que son tan relevantes en la literatura de hoy, así como en las posibilidades que da, como dice Marlon “salirse de la página” y experimentar con otras maneras de escribir. Escucharlas compartir sus lecturas y después la vendimia de libros me hizo pensar en que hay todavía muchos otros espacios en donde tenemos que llegar para difundirlas. Los lectores, los estudiosos, los editores y los promotores tienen que escuchar más sobre el trabajo que se está dando en esta región del país.
Muchas son las lecciones que salen de este viaje. Muchas son las notas que traigo en mi libreta. Muchos fueron los libros de estas escritoras que regresan conmigo a Austin. Pero, sobre todo, muchas son las avenidas que ha abierto esta visita a la costa oeste. Muchas gracias a todos ellos y no se pierdan este mes de julio los maravillosos podcasts que recogen y quedan como testigos de esta rica “Cuarta parada” de nuestro tour por los Estados Unidos "Las cuatro esquinas".
Buen provecho.