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Diversidad y confluencia en la literatura. Una visita a Miami

Adriana Pacheco · 11/19/2022

Mi viaje a Miami en la tercera parada del Tour "Las cuatro esquinas" me sumergió en un mundo de total diversidad; pues si hay un lugar en donde convergen tantas culturas, acentos, sabores y países, es esa bellísima y compleja ciudad. Visitarla con otros ojos, que no fueran los de los turistas, fue la oportunidad de conversar con algunos de los artífices del cambio paulatino que se ha dado a lo largo de los años, en lo que se refiere a la escena literaria y cultural.


Lo que más me gustó —cómo ha sucedido en estas paradas del tour— fue la posibilidad de escuchar historias de aquellos que llegaron hace ya tanto tiempo. Algunas historias que me contaron de esa ciudad fueron las de la gran transformación que ha sufrido en las últimas décadas hasta convertirse en muchos "Miamis". Para Alejandra Ferrazza, con quién compartí en esta visita en mi reunión con las integrantes del libro Aquí [ellas] en Miami. Selección de poetas miamenses (Katakana, 2018), al que ella llegó era un lugar quieto para retirados, como fijado en el tiempo, con playas llenas de “parejas mayores que se sentaban a contemplar el mar y con señoras cubriéndose el pelo con mascadas en colores pasteles para que el viento no se lo despeinara”.

Para Alejandra, haber llegado a Miami viniendo de una ciudad tan rica en cultura, literatura y arte como lo era Buenos Aires, fue un impacto que la movió a organizarse como otros más. Fue ahí que ella y Gloria Miladelaroca se encontraron para fundar el proyecto Nagari, revista y editorial. Gloria, artista plástica y escultora que llegó de Venezuela por razones que compartimos tantos millones de migrantes de Latinoamérica, la violencia, tuvo que dejar atrás, como muchos más, parte de su arte para encontrarse acá de nuevo. También se encontró con Omar Villasana, quien es el tercer cómplice en Nagari y en Katakana editores. Mexicano, como yo y también ya cómplice de Hablemos, escritoras en los proyectos de traducción, tiene mucho que contar de este largo trayecto en donde han dado espacio a otras escritoras como Beatriz Mendoza, poeta, narradora y periodista nacida en Barranquilla y llegada de Colombia, a lo que ella también vio en su momento como “un desierto cultural en español”. Glenda Rosario de República Dominicana quien ha hecho un recorrido para de nuevo regresar a un lugar que comparte el mar de su tierra de origen.  Lindo fue compartir y aprender de los "Nagaritas" como ellos mismos se llaman y de sus esfuerzos tan fundamentales en la ciudad.

Siendo como lo soy ahora, desde hace tan solo un año, una imitadora de librera, cargadora de cajas a través de fronteras y promotora de libros en ferias en todo el país, veo con mucho respeto el trabajo de aquellos que han hecho esto a lo largo del tiempo, en pequeña o gran escala. Así lo es el grupo editorial Penguin Random House que, como ya lo hemos hablado en nuestras maravillosas conversaciones con Roberto Banchik y Mayra González Olvera, han sido fundamentales en la difusión de la literatura en español en el mundo. De ahí yo he tenido dos grandes maestras Gloria Noriega y Maylin Lehman.

Con un conocimiento enorme y una gran sensibilidad Gloria ha sido durante muchos años, ya desde su trabajo en Books and Books, una de las piezas fundamentales para abrir espacio a autores y libros y para desarrollar en los libreros esa conciencia de que en Estados Unidos estamos también los que queremos leer en español. Me encantó tener la posibilidad de conocerla y ver en su mirada ese brillo que da la pasión y el amor a los libros, y la generosidad de compartir su conocimiento sobre literatura. Maylin, enorme abridoras de puertas y creadora de puentes entre tantos mundos, se enfrenta a otro gigante nada fácil de vencer la de los medios y dar continua visibilidad a los autores. Cuánto le debo a ella en esta odisea y m parece fascinante saber más de este equipo de mujeres apasionadas y conocedoras encabezado por nombres grandes en la industria editorial como los son Silvia Matute y Rita Jaramillo.

Books and Books es para Miami lo que es Book People para la Texas Book Festival en Austin: la bookstore indie que creció a base de tenacidad y colaboración y que ahora es el principal apoyo de la Miami Book Fair. El edificio de pared blanco y un largo frente nos recibe con una gran barra negra de barista y un courtyard estilo mediterráneo. Me topo a la entrada con anaqueles llenos de revistas y unos ejemplares del The Paris Review, que tenía años de no ver y el que inmediatamente tomo para comprar. No sabía yo, que fue precisamente Books and Books quien inició esta monumental feria del libro, que es hoy en día una de las 10 más grandes de los Estados Unidos y en donde hay tanto potencial para crecer en el español gracias a un invaluable trabajo de Mariela Gal y su equipo. Y caminando en sus pasillos me pregunto de nuevo ¿qué es lo que hace a una librería que se sienta como un segundo hogar, como un lugar del que no te quieres ir? ¿Serán las repisas de madera? ¿Las paredes abarrotadas? ¿Los pisos que crujen? ¿O tal vez sean los cientos de cientos de historias anciosos por ser leídos? Y tal vez tenga yo que preguntarle a mi buena amiga D. P. Snyder quien es hija de librera y quien tal vez tenga el secreto.

Llegamos en el momento en que todos se preparan para llevar libros a la Book Fair, pero justo a tiempo para conocer a una de sus colaboradoras, Raquel, quien nos recibe con una gran sonrisa en medio del ajetreo. Me conmueve verla tomándose el tiempo para escucharme hablar de nuestro proyecto de escritoras. Nos veremos una vez más, en la noche, ya en las instalaciones de la universidad, en la vendimia de libros fuera del panel que moderaré.

Ser parte de la Miami Book Fair se lo debo a Mariela Gal, una increíble fuerza en este gran evento. Gracias a ella la cantidad de escritores en español crece día a día, así como la oportunidad de que sus libros lleguen a un público que es fundamental en una ciudad en donde prácticamente todos hablan español. Fue también gracias a la gestión de dos queridos aliados los escritores y editores Pedro Medina León y Gastón Virkel. Qué dicha compartir con ellos y ver su pasión arrolladora por la literatura.

Estar con tres jóvenes escritoras en este panel que me inspiran tanto, Kelly Martínez Gandal, Keila Vall de la Ville y Grethel Delgado me emocionó tanto. Ya desde la tarde tuve la oportunidad de conversar a solas con Kelly y descubrir su visión tan única sobre qué es escribir y que lo escucharan ya pronto en nuestro podcast. Keila y yo tenemos ya tantas complicidades que me encantó viniera desde New York para estar con nosotros en persona para celebrar el panel y seguir en esta exploración por la difusión. Grethel agregó ese ingrediente que es una escritora con un nuevo libro que confirma el desarrollo y crecimiento de una generación de talentosas y poderosas voces desde los Estados Unidos. Son escritoras de la diáspora que ven hacia sus países y también hacia sus nuevos hogares en este país que nos ha adoptado a tantos. Nuestro panel no fue una conversación en lo absoluto sobre lo que obsesivamente algunos insisten en seguir llamando, equivocadamente, "literatura femenina", sino por lo contrario, nuestro enofque fue en todo momento una confirmación de que las escritoras se destacan por su obra, temas, estéticas en un universo literario sin género, sino con lo mejor que está sucediendo hoy a nivel mundial. Exploramos las oportunidades para hacer más visible su trabajo y combatir etiquetas que dañan el trabajo de gran calidad que se está haciendo hoy dentro de los Estados Unidos por escritores que vienen de la diáspora.

El día cierra con alianzas y promesas de futuros encuentros, con esas amistades selladas que hacemos los locos que amamos la literatura, estos que soñamos que un día las letras en español llegarán a tener el lugar que merecen en este país del norte.

Y como si el destino lo hubiera querido el viaje terminar también con otra cara de la diversidad. En mi vuelo de regreso, ahora no hacia Austin sino hacia México, me encuentro con otros migrantes, aquellos que dejan sus familias durante meses para atravesar la frontera a trabajar. Me acerco a ellos —cosa que siempre hago— para preguntarles de dónde vienen. "De Nueva York" dicen, fueron a cortar manzana por tres meses y regresan a las fiestas decembrinas. Ya en el avión ayudo a otro hombre que viaja con una niña, no habla inglés y no entiende lo que le dice la aeromoza. También escucho atrás de mí la conversación entre dos hombres más que no hablan español y que uno le cuenta al otro que es nieto de migrantes mexicanos que llegaron a los Estados Unidos en el programa "Bracero". Tenía tanto tiempo que no escuchaba a alguien hablar de esa época de intercambio de mano de obra y que conformó una generación enorme.   

Vienen también otros migrantes: mujeres con bebés y niños pequeños que lloran —seguro no es fácil para ellos tomar un avión que sale a las 7:00 de la mañan—  y veo una escena que me conmueve. Mi vecina de fila le da pecho a una bebé de ojos redondos y oscuros. Aunque tiene un rebozo no se cubre el seno y en esa naturalidad de amamantar en público me hace pensar en la famosa y bellísima fotografía de Tina Modoti de Luz Jiménez, de la que habla Jazmina Barrera en su libro Línea Nigra. Y pienso en el idioma que hablará esa niña tan pequeña cuando sea grande en un país como los Estados Unidos. 

La realidad del avión me aterriza de nuevo en las preguntas que me quitan el sueño, preservar el español, difundir y facilitar la literatura en nuestro idioma, ampliar la base lectora en los Estados Unidos, ¿cuál Estados Unidos? ¿Para quién? ¿Para qué? ¿Cómo? ¿De qué se trata esta conversación entre tantos diversos mundos como lo es el de Miami?

A todos los que me acogieron y recibieron millones de gracias. Siempre mi admiración y respeto para todos ellos.

Buen provecho.