Indagar sobre el origen personal es abrir una puerta a muchas preguntas a silencios y respuestas impensadas que aveces terminan por ser un revés de la memoria. En autobiografía del algodón, Cristina Rivera Garza sigue con curiosidad y asombro los pasos de aquellos hombres y mujeres que habitan su pasado familiar, obreros, campesinos que trabajaron la tierra que ahora conforma la frontera entre Tamaulipas y Texas, una región que alcanzó un alto nivel económico, social y cultural gracias al sistema de siembra del algodón.
Es así que esta novela es, además de íntima, un reencuentro con el territorio. O un desencuentro, debido a la migración, deportación, expulsión y repatriación de aquellos campesinos algodoneros, que tras el fracaso del sistema, dejaron libre su espacio, antes símbolo de progreso, hoy ocupado por la llamada guerra contra el narco.