Hablemos, escritoras. Blog

Las muchas madres

Adriana Pacheco · 05/14/2022

Hoy empiezo este post con un libro que no fue escrito originalmente en español sino que es de un escritor japonés, Yasushi Inoue, Mi madre (2020) traducido por Marina Bornas en Sexto Piso. Y lo hago así porque este es uno de los libros más conmovedores que he leído en los últimos años y que me hizo pensar en el momento en que las madres ancianas y seniles se convierten en nuestras hijas, algo así como otro tipo de maternar.

Y partiendo de esa premisa, de que hay tantas maternidades, Hablemos, escritoras aprovecha este mes de mayo para reflexionar  una vez más sobre la presencia de este gran tema en la literatura. Y si algunos recuerdan mi post del 20 de noviembre 2021 "La casa: lugar de escritura", donde hago un recuento de algunos libros con la palabra "casa" en el título, en lo que Patricia Esteban ha llamado “domofilia”, hoy hablo de algunos libros que llevan en el título la palabra “madre” o “mamá”, como una invitación o provocación a leerlos.

Empiezo con uno que parte del cuestionamiento y la negación de la obligación de la mujer a ser madre con Las madres no (Tránsito, 2020) de Katixa Aguirre, un libro que desde la crónica y el ensayo rompe con la idea perfecta de la maternidad, además de ponernos en diálogo con críticas y escritoras como Sylvia Plath y Doris Lessing. En contraste con este está Quien quiere ser madre (Alfaguara, 2017) de Sílvia Nanclares, quien recorre los fantasmas y obsesiones que pueden plagar a una mujer cuando busca desesperadamente la maternidad. Profesión mamá (Vergara, 2014) de Irma Gallo es un libro práctico que recoge las preguntas que nos hacemos las madres y que muchas veces no queremos o no sabemos cómo responder.

Un libro que explora el lado obscuro de la maternidad es Mamá es un animal negro que va de largo por las alcobas blancas (UAEM, 2017) de Esther M. García, una invitación a revisar lo siniestro en la relación madre-hijos. En la línea del suspenso y en otra acepción del termino madre, el de las mujeres que profesan en un convento, está Las madres negras (Galazi, Gutenmberg, 2018) de Patricia Esteban Erlés, un libro fascinante que involucra fanatismo y niñas huérfanas. 

Cantus matricale (Abismos, 2021) de Victoria Leal narra algo que les pasa a muchas hijas, el querer desentrañar quién fue en realidad ese personaje a quien toda su vida llamaron mamá para de ahí descubrir la vida íntima y secreta de mujeres que tuvieron que sobreviri en una sociedad terriblemente conservadora y tradicionalista. Con Las manos en la madre (RIL Editories, 2018) Marisa Martínez Pésico muestra que para recordar a alguien es posible recurrir a las muchas voces de las personas que la conocieron, para juntos armar el mosaico de quien tal vez fue. 

En la poesía está Matria, el celebrado primer libro de la escritora salvadoreña Alexandra Lytton Regalado, quien utiliza en este poderoso título el juego de palabras patria-matria para ya desde ahí regresar la mirada a que el origen de la vida siempre es la madre. En la más deliciosa exploración de la palabra poética está Madre en llamas (Instituto Sinaloense de Cultura, 2018) de Crista Aun, que nos lleva a muchos tipos de madres y a la urgencia de deconstruir paradigmas que han regido por tanto tiempo el imaginario que tenemos de ella. 
  
No pueden faltar dos antologías: Mucha madre (Almadía, 2021) un magnífico repertorio que aboga por la diversidad en las maternidades y en las formas de maternar y  Maneras de escribir y ser / no ser madre  (Paraíso Perdido, 2021) que pone en un interesante diálogo a mujeres que no le han apostado a la maternidad con aquellas que sí lo han hecho. 

Y regreso a Yasushi Inoue para cerrar este post, pues después de este recorrido literario pienso en la mirada del hijo varón que en la locura senil de su madre descubre a la niña que nunca pudo haber conocido, y apartir de ahí sentir por ella otro tipo de amor.  

Buen provecho